Philippe Coutinho es en estos momentos una incógnita de cara a formar parte o no en la plantilla del FC Barcelona para la temporada 2020/21. A día de hoy parece poco probable que el Bayern ejerza la opción de compra o de que otro club realice su fichaje (se habla de 100 millones), y más en la situación insólita en la que se encuentran las competiciones y los propios clubes, lo que en principio provocará que se realicen menos fichajes de ese calado.
Regate, golpeo y verticalidad
Si tuviéramos que describir a Coutinho como futbolista, podríamos decir que es un jugador con buen trato de balón, habilidoso, con destellos y desborde incluso sin espacios y a poca velocidad. Es un futbolista que encara y golpea muy bien de media distancia (era el centrocampista más goleador de Europa en el momento de su fichaje por el Barcelona). Sin embargo, si hay una palabra que define bien lo que es Philippe Coutinho es verticalidad. Es un futbolista que rara vez mira hacia atrás, que no se prodiga demasiado en labores defensivas y que rompe la parsimonia y la pasividad de la circulación.
Esto hace de él una figura importante en la plantilla blaugrana, ya que escasea esta verticalidad, pues si de algo ha pecado el Barcelona en el último tramo de competición es de poca llegada y creatividad en zona de tres cuartos. La actitud pasiva en creación de juego es algo que, a priori, choca con el juego del brasileño, pues provoca que, en circulación de balón, Coutinho sea un eslabón aislado que rompe ese ritmo bajo de posesión (al menos eso demostró en su etapa con Ernesto Valverde). Actualmente, Setién maximiza la importancia de la posesión y esto hace que la gestión del riesgo/beneficio se vea más limitada.
Tres roles para encontrar su lugar
Si hablamos de su posición en el terreno de juego, observamos tres posibilidades con multitud de matices: interior, mediapunta y extremo.
En la última es dónde más se le ha visto en el Barcelona. Escorado a banda en 4-3-3 y en 4-4-2, rompiendo hacia dentro y chutando, lo cual llegó a ser repetitivo y previsible ya que sus defensores sabían que debían cubrir el posible disparo. Ésto, sin embargo, también dejaba mayor espacio para que Jordi Alba doblase por fuera y aportase llegada por esa banda izquierda.
Asimismo tuvo su papel como interior, tratando de ser el "nuevo" Iniesta, ya que en un principio ese fue el cometido de su fichaje. Pero Coutinho nunca ha destacado por su control del tempo del partido, ni en el Liverpool ni con Brasil. Y es que aunque pueda jugar en el centro del campo no es un distribuidor puro por lo que al alejarse del área, el carioca sufre. A pesar de tener sus minutos como interior, no convenció a Ernesto Valverde, entre otras cosas, por su poca labor defensiva.
La tercera opción es lamediapunta. Cerca del área, de enganche y con libertad creativa, ejerciendo labores de trequartista, es donde Coutinho podría desplegar todo su fútbol.
No obstante, el principal problema es que el FC Barcelona no sitúa a nadie de inicio en esa posición y con esas labores tan concretas. Esto se debe a tres factores: a que Messi se prodiga mucho en esa zona, a que el interior "llega pero no está" por esa parte del campo y a que, en ocasiones, el 9 (Suárez y más aun Griezmann) baja hasta esa zona. Es una situación similar a la que le ocurrió a Giovanni Lo Celso en el Betis con el propio Setién. Un jugador más acostumbrado al último tercio, que retrasó su posición y sus labores al centro del campo, llegando a jugar incluso de pivote.
¿Habrá hueco en la plantilla?
Por último, está por ver qué ocurre si se materializasen algunos de los fichajes que se relacionan con el equipo azulgrana. Serían demasiados nombres para la zona ofensiva. A los presentes Messi, Suárez, Griezmann, Dembele o Ansu Fati, se le suman otros como Lautaro o incluso Neymar, además de los numerosos nombres que ya copan los puestos del centro del campo.
Está por ver si Philippe Coutinho se quedará finalmente en el FC Barcelona. También si convence a Quique Setién, el cual cuenta con él en un principio. De ser así, veremos qué posición y rol ocupará en el terreno de juego.
De momento, toca esperar.