Remontémonos treinta años en el tiempo. Es uno de noviembre y una cortina de silencio, adornada con flores, cae sobre la muerte el día de los difuntos. Las familias adecentan las tumbas y pasean por el cementerio llorando la jornada con tópicos existencialistas tipo “no somos nadie”. No sólo la muerte, sino también la sexualidad es tabú en estos tiempos; a pesar de que sea patente y latente, se usan métodos alternativos para explicar “el milagro de la vida”. El favorito es la metáfora polinizadora: la abeja transporta el polen en sus patas y fecunda la flor.
Por apartar a aquella generación del sexo (diversión compartida) se aprendía que las abejas eran importantes para la vida… y que la expresión máxima de amor era ir revoloteando de flor en flor. Incongruencias de la educación.
En el año de la biodiversidad, el día de los difuntos “festejamos” la extinción de las especies y de la educación meliflua. En cabeza, por visibilidad e importancia, se sitúan las abejas, insectos fundamentales para la vida en la Tierra. El 25% de las abejas en Europa y el 59% de las abejas en Estados Unidos ya han desaparecido. Las abejas conviven con el hombre desde el principio de la civilización; la función polinizadora es indispensable para la vida. Las abejas, por cercanía, no han pasado desapercibidas como otras especies (entre 50 y 150), que se extinguen cada día.
Puede parecer un dato sorprendente, pero es real: la extinción nos rodea. Existen cerca de 1.800.000 de especies clasificadas. Sin catalogar, las estimaciones varían entre los cinco y los cincuenta millones. Esto significa que, mientras estás leyendo estas líneas, algunos mamíferos, insectos, aves, plantas… desaparecen sin que nadie haya tenido tiempo ni de inventar un nombre para una lápida de datos. Estos días, la revista Science ha publicado un estudio sobre animales vertebrados que deja una conclusión aterradora: una quinta parte está amenazada seriamente con la extinción. Si no cambia nada, estamos al borde de la sexta extinción en masa. La quinta se produjo hace 500 millones de años y terminó con los dinosaurios.
Hoy, uno de noviembre, repasamos la cadena alimenticia. La cúspide depredadora está ocupada por la raza humana; eliminada la base, ¿quién celebrará el día de los difuntos?