A falta de noticias destacables entre turrón y polvorón, la prensa deportiva patria se ha hecho eco de unas polémicas declaraciones de Mourinho en Inglaterra en las que éste afirma su deseo de volver a la Premier en dos años, una vez finalice su vigente contrato en el Madrid.
Lícito -aunque de dudoso gusto- es que el portugués aspire a echar raíces en las islas. Así las cosas, el medio plazo futbolístico de nuestro país no debería ser el desierto tenebroso que muchos vaticinan cuando Mourinho y Guardiola dejen de comandar a los dos colosos españoles. Cabe recordar, también, que no hace mucho Guardiola dijo en una entrevista en Italia que intuía que su ciclo en el Barça estaba próximo a su fin, sabedor que los equipos grandes consumen, que la gente se cansa de ver siempre las mismas caras y que ni siquiera para él la gloria es vitalicia.
Más allá de la traumática transición que deberá vivir el barcelonismo con la marcha de Pep, el problema sucesorio se plantea más crudo en el seno blanco. El Barça, ante la duda, tiene un patrón futbolístico testado del que echar mano, independientemente de quién lo lidere y del acierto con el que lo haga. El largo recorrido -por edad- de los Valdés, Piqué, Alves, Busquets, Iniesta, Thiago, Messi o Alexis, más los que vienen pisando fuerte detrás, invitan a ser optimistas con el futuro culé, aún sin Guardiola como entrenador y mariscal. Será el turno de Luis Enrique, Tito Vilanova, Carreras, Cocu, de Frank de Boer…pero los cimientos serán los mismos.
¿Qué pasará con el Madrid si Mourinho cambia de aires en un par de años? El panorama es bastante más complejo que en el caso culé, por contradictorio que parezca, a tenor de la magna importancia de Guardiola en el ciclo de éxitos barcelonista. ¿Qué pasará con Florentino Pérez entonces? ¿Mantendrá su discurso del “todo vale” tras haberse echado a los brazos de Mou? ¿Seguirá el Madrid con el staff inglés que ha instaurado alredededor de la figura de Mourinho como mánager? ¿Qué pasará con la legión de mercenarios de lujo que rodean al portugués tanto en la dirección técnica como en el césped (Carvalho, Coentrao…)? ¿Por qué filosofía de juego apostará el Madrid cuando ya no esté Mou? Si tenemos en cuenta la actual configuración de la plantilla, parece poco viable apostar por un cambio drástico en la tipología de juego madridista. ¿Qué perfil de entrenador será, pues, el deseado?
No cabe duda que el Madrid estará en disposición, como siempre, de optar a los mejores entrenadores posibles y que seguirá contando con la chequera llena para fichar a los jugadores necesarios para desarrollar la nueva idea futbolística que aterrice en el Bernabéu. Desde fuera, quizás convendría que el madridismo hiciese autocrítica y pusiera en una balanza una serie de cuestiones que paso a plantear:
1- ¿Se atreverá el madridismo a cuestionar la dirección de Florentino Pérez, paupérrima si se tiene en cuenta el tiempo de sus mandatos, la inversión realizada y los resultados deportivos? Baloncesto aparte.
2- Yendo más allá, ¿tendrá valor la prensa deportiva madridista de criticar abiertamente la era Florentino? ¿Darán voz a las distintas alternativas directivas que puedan emerger, a diferencia de lo ocurrido en las últimas elecciones?
3- ¿Se preguntará el madridismo el porqué de la desafección general en España, Europa y el mundo tan propia de los últimos años? ¿Se mirará las tripas el Madrid para tratar de descifrar los motivos de semejante antipatía?
4- Populismos aparte, ¿se convencerá el Madrid de la necesidad de dotar de mayor protagonismo a los jugadores canteranos y a los futbolistas nacionales como así sucedió en la totalidad de los grandes equipos que forjaron su leyenda a lo largo de la historia?
5- ¿Hará el madridismo examen de conciencia? ¿Qué le ha llevado a permitir que Raúl se fuera por la puerta de atrás con el estadio vacío la mañana de su despedida mientras ovacionaba a mediocres como Dudek o disfrutaba de su síndrome de Estocolmo mourinhista?
6- ¿Tendrá el madridismo la humildad suficiente como para parar las máquinas, echar la vista atrás y observar, por ejemplo, el funcionamiento del FC Barcelona? No pasa nada por aprender de los mejores, de la misma manera que otras veces el mundo aprendió cosas del Madrid. Para ello hace falta modestia, inteligencia y voluntad de mejora.
Dicho todo esto, se postula como favorito en las quinielas sucesorias Joachim Löw, actual seleccionador alemán. Los méritos de Low son relativos. Cierto es que ha hecho de Alemania la selección más parecida a España, jugando alrededor de la posesión de balón. Pero no es menos cierto advertir que la joven generación de talentos alemanes condiciona su juego. Y esa generación de buenos peloteros germanos es fruto del azar (como todo talento innato) y de lo bien que ha trabajado la Bundesliga desde su núcleo el fútbol base. ¿Por qué Low? ¿Porque juega bien?
No tiene sentido que el Madrid ponga sus miras en Löw por mucho que sus equipos jueguen bonito y el tipo sea políglota, educado y vista bien. Como hizo en su día la Selección a través de ‘La Gran Sentada’ que llevó a Aragonés al mando de La Roja, el debate en el interior del madridismo debería ser desde las raíces, profundo, sosegado y abierto. Mientras tanto, las urgencias cortoplacistas seguirán anestesiando al club, desde sus socios hasta su presidente, convertido en un hooligan más del mourinhato.