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¿El día nunca acaba o qué?

Publicado el 29 noviembre 2014 por Anécdotas De Secretarias Erika Martin @erikassistant
El día 31 de diciembre enciendes la tele al mediodía y la primera noticia que anuncian es que en Australia y Japón ya han celebrado el Año Nuevo. A lo largo de la tarde lo van celebrando por Asia y al ponerse el sol en Oriente Próximo. Después le llega el turno a Europa. Unas horas más tarde vemos cómo cae la bola y el confeti en la Quinta Avenida de Nueva York, dando paso al evento por el resto de América. Cuando salga el sol y estés regresando a casa después de tu fiesta con amigos y familiares, habrá países en donde apenas acaban de dar las 12.00. ¡Jope, qué día más largo!
¿El día nunca acaba o qué?
Lo mismo sucede cuando trabajas en una multinacional con oficinas repartidas a lo largo y ancho del planeta. El concepto de la jornada laboral se vuelve relativo. Si necesitas  gestionar algún tema con alguien de Asia o de Alaska, te tocará meterte el super madrugón o esperar a que se ponga el sol. Terrible será cuando tengas que hablar con ambos el mismo día. Esto, ya te digo, que deberías planificarte mejor para no tener una jornada laboral más larga que un día sin pan.


En mi caso, la verdad es que nunca he tratado con japoneses, chinos o australianos. Pero sí tenemos oficina en Singapur. En fin, les envío un mail y ya veré la respuesta a la mañana siguiente cuando llegue a la oficina y encienda el ordenador.

Cuando en Europa estamos entrando por la puerta de la oficina, en Oriente Próximo llevan trabajando un par de horitas. Ya se han tomado su te mañanero, han rezado y han cogido el ritmo a la jornada. También te están esperando a que llegues para empezar a gestionar temas conjuntamente. Como no hay tanta diferencia horaria, coincides más con ellos. 
¿El día nunca acaba o qué?


09h00 en Madrid ...ring, ring ... y en el display del teléfono aparece +972 ... ¡Tel Aviv!

- Shalom, Erika, te mandé un mail hace un par de horas pero aún no me has contestado. Te llamo porque es urgente. 
- Shalom, shalom ... es que hace un par de horas estaba durmiendo, acabo de llegar a la oficina. Deja que me quite el abrigo y cuando pueda te respondo. 
Lunes son un día terrible en esta relación. Y es que ellos no trabajan el viernes pero sí los domingos. Así hay dos días en los que unos trabajan y otros no.

Trabajar con Israel es buena experiencia. Son gente cordial y siempre dispuestos a ayudar en la que sea. Ademas trabajan a ritmo europeo o norteamericano, es decir, con nuestras prisas y urgencias. Los que se relacionan con árabes saben que el tiempo en estos países no tiene el mismo valor como para nosotros los occidentales. Puede que un asunto sea prioritario para ti y que no lo sea en absoluto para ellos. No importa si se acaban los plazos de un proyecto, para ellos lo importante es el trato de persona a persona. 

En alguna ocasión he tenido que retrasar algún viaje de mi jefe a Arabia Saudí porque no me llegaba la carta de invitación para tramitar el visado. Insistes, insistes y no hay respuesta. Un buen día pasados los meses, cuando ya se te ha olvidado el tema, recibes la invitación. ¡A buenas horas mangas verdes! Lo mismo me pasa con Dubai. Te jubilarás antes de recibir esos datos necesarios para terminar de hacer un informe.

Para mi, que soy pura energía con sangre en las venas, trabajar con los árabes es desesperante. Además siendo mujer es peor todavía. Directamente te ignoran, como si no existieras. Es tan frustrante que ya he tirado la toalla con ellos y es ahora es mi jefe el que se encarga de tratar todo con ellos. Si no existo, pues no existo. Y no será porque no pongo empeño en llevarme bien con los árabes.

Una vez, al regreso de uno de sus viajes a Dubai, me dijo:- Erika, mejor que no vayas allí ... ni siquiera de vacaciones.- Tranquilo no pensaba ir ni de compras. No se me ha perdido nada allí- ¿Sabes? allí hombres y mujeres trabajan en distintas estancias y ellas van totalmente tapadas, solo se las ven los ojos. Tu que eres un culo inquieto y glamurosa, no encajarías allí.

- jajaja, no sé por qué pero algo intuía.
¿El día nunca acaba o qué?


De hecho, este choque cultural es tan brutal que en mi empresa imparten formación a los ejecutivos que viajan allí frecuentemente. Básicamente para no cagarla pidiendo vino en una comida, respetar las pausas para lo rezos y, sobre todo, saber cómo comunicarse con ellos prestando atención incluso a los gestos y las miradas.  En definitiva para saber cómo desenvolverse en ambientes árabes que no es nada fácil ni para los hombres.Con los únicos que me llevo bien es con mis compañeros egipcios. Yo creo que es porque curiosamente casi todos ellos han estudiado en Londres. A parte de hablar inglés fenomenal, tienen una mente más abierta en lo que se refiere al concepto “tiempo” y "hablar con una mujer".  Al igual que los israelíes, siempre están dispuestos a ayudar. Eso lo constaté cuando estalló la Primavera Árabe en El Cairo, pillando a mi jefe por aquellos lares. ¡Buh! aquel viaje fue como una auténtica película con argumento político, toques de espionaje y dos catetos occidentales sin saber qué hacer:

- Erika, sácame de aquí
- Pero ¿quién te crees que soy? ¿del MI5?
Habrá artículo sobre esta experiencia.
Regresando a los husos horarios, en Europa continental llevamos prácticamente todos la misma hora, aunque siempre hay alguien que se hace líos con la hora de España:- Erika ponemos la conferencia a las 14h de Roma que son las 13h de Madrid- No, las 14h de Roma son las 14h de Madrid- ¿Qué dices? No puede ser, estáis a la altura de Londres.- Sí es que como Franco era amigo de Hitler y Musolini, decidió cambiar el huso horario al mismo que el Reich. En fin, han pasado los años y aquí seguimos cenando con la hora del sol y no del reloj. A ver si la UE lo arregla algún día.

Lo bueno de trabajar con gente europea es que sabes que hacia las 16h se van todos a casa. Así si tienes gato a alguien o si te enfadaron tanto tus compañeros de Turquía o Grecia a primera de la mañana que aún no se te ha pasado el cabreo, puedes descargar tu ira, llamando a Copenhague a las 15h55 y entretener a tu colega danés un rato jeje

- Buenas tardes, Harald, necesito este dato hoy.
- Es que ya me iba a casa.
- Si solo serán 10 minutitos lo que te va llevar mirármelo.

¡Hey! también puedes hacer lo mismo por la mañana. Después del estrés con Israel, Egipto y Turquía, llamas a las 8h a Londres y Lisboa. Como no contestan, escribes:- ¿Dónde os metéis? Os estoy llamando y no contestáis. Es urgente ¿se os han pegado las sábanas hoy?Y ¿veis? resulta que al final nosotros hacemos lo mismo que los asiáticos, árabes o israelitas. Agobiamos a los compañeros sin darles tiempo a encender el ordenador.Entre las 15.30 y las 16.00 hay una pequeña calma. Salvo los españoles, nadie te llama ni te escribe. Sin embargo, a partir de las 16.00 empieza la happy hour otra vez. ¡Vaya por Dios! Los americanos acaban de incorporarse. Tu ya estás contando las horas, minutos y segundos para irte a casa y ellos empiezan a dar la lata. Y, claro, como están recién levantados y vienen tomándose el café en termo por el camino, llegan a la oficina con las pilas cargadas.

¿El día nunca acaba o qué?

Para los estadounidenses el concepto del tiempo es justo todo lo contrario al de los árabes. Y si no estás acostumbrado a trabajar con ellos te parecerá que a veces son incluso bruscos. Van al grano y a veces incluso olvidan hasta de saludar para romper un poco el hielo. Por otro lado, si necesitan algo, lo quieren para antes de ayer.Ring, ring ... +1 ... gggggrr Estados Unidos ¡uff! ¡qué pereza! Si contesto me va a tocar quedarme hasta las 20h ... a veces no he respondido la llamada jiji: - Good morning, Erika, por favor, ¿me consolidas los datos para el reporte y me envías el Excel?- Good afternoon! En cuanto pueda lo hago y te lo mando.A los 10 minutos:- Erika, no me ha llegado nada. Por favor, verifica si tu cuenta de correo funciona sin incidencias

- Mi correo funciona perfectamente. Solo pasaron 10 min. Además tú acabas de entrar, pero yo llevo ya 7 horas en la oficina. Ten paciencia.- No te vayas sin envíame los datos.

Y lo que hago es ponerme el abrigo, click, enviar, click, apagar. Bye, bye jejejeSin embargo, cuando el asunto es realmente importante, te tienes que quedar. Eso significa que empalmas el turno europeo con el americano, es decir, ese día haces doble turno. Por supuesto, ellos dan por hecho que te estarás ahí en la oficina hasta que acabes la tarea. Es lo que tiene ser americano. Debe de ser porque para ellos el tiempo es oro y porque les pagan por horas. Se olvidan que en Europa nos pagan por meses. 

Mi pequeña venganza es preguntarles precisamente por estos temas laborales:

- Oye ¿cuántos días de vacaciones tienes?
- Tenemos 7 días
- ¿Solo? ¡ah! pues yo tengo 32 pagados. Fijate,me parecían pocos porque nuestros compañeros franceses tienen 45.

Ale, que se queden con la rabieta todo el día, que yo me voy a casa.

En esos días en los que haces doblete con el turno europeo y el americano, llegas a casa tan reventado que ya no sabes ni hablar español. Tu familia te saluda y te pregunta cómo te fue en el trabajo y, por inercia, respondes en inglés.Los estadounidenses son tan estresantes que cuando llega el Thanksgiving yo también doy las gracias por librarme de ellos por un día. ¡Qué paz!, gracias,Señor, gracias. Un año de estos, hasta me animaré a preparar yo también pavo relleno para celebrarlo.

¿El día nunca acaba o qué?

Trabajando en estos entornos internacionales, terminas apuntándote en el calendario todos los festivos. A saber: el Año Nuevo chino, el Día del Cordero, Semana Santa, Días de la República, Días de la Constitución, el Yom Kippur, el 4 de Julio, Días de la Independencia ... todo para saber que en esas fechas podrás trabajar tus 8 horas europeas con tranquilidad.

Resumiendo, si trabajas en una multinacional:

  • Entras en una nueva dimensión del tiempo debido a los distintos husos horarios.
  • Habrá días que hablarás más inglés que español.
  • Descubres qué es interculturalidad y multiculturalidad. Te adaptas a trabajar con gente con costumbres sociales, empresariales y laborales radicalmente distintas a las tuyas tanto si están en otros países como si se sientan a tu lado en tu centro de trabajo.
Así es, puede que tú estés en Barcelona, tu superior en Amsterdam y tu nómina sea pagada desde Dublín. Puede que en tu departamento haya un holandés, un noruego, un hindú y un chileno. A pesar del estres y los dobles turnos, esta diversidad cultural me encanta, aprendes un montón de cosas.
¿El día nunca acaba o qué?

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