Sinopsis:
Él ha construido un muro alrededor de su corazón...
Jack Mulligan pasó su infancia como un huérfano abandonado en las peligrosas calles del barrio Bowery y sobrevivió a base de fuerza, ambición e ingenio. Ahora domina su territorio mejor que cualquier político o policía. No ha llegado hasta donde está siendo indulgente, pero en la buena de Justine Greene (la personificación de mano de hierro en guante de terciopelo) puede que haya encontrado a su alma gemela.
Ella lleva el suyo en la mano...
Justine está consagrada a perseguir a maridos negligentes y a luchar por condiciones laborales justas. Cuando su misión la lleva a encontrarse cara a cara con Jack, le sorprende descubrir que el hombre detrás del imperio del crimen es bastante más encantador y honrado que la mayoría de "caballeros" que conoce.
Al formar una insólita alianza, descubren un inesperado deseo, y cuando el pasado de Justine los atrapa, puede que Jack sea su única esperanza para sobrevivir. ¿Está preparada para hacer un pacto con el diablo?
Opinión personal:
Tercera entrega de la trilogía traducida como Chicas de Nueva York, posiblemente por el pinchazo que tuve con la entrega anterior iba con expectativas muy bajas y ha sido toda una sorpresa.
Quizás no estemos ante un gran novelón, pero me lo he pasado estupendamente con esta pareja y se acerca mucho a lo que me encanta encontrar en una novela de este tipo, así que, aunque no perfecta, se acerca mucho, para mí, a una novela redonda.
No estamos ante un argumento novedoso, pero con los años ya llegas a la conclusión de que todo está escrito. Así que el secreto, como siempre digo, es la forma en la que la autora relata la historia y cómo los personajes evolucionan y se relacionan.
A la pequeña de las hermanas Greene la hemos estado conociendo durante las dos entregas anteriores, sabíamos de su entrega hacia los más desamparados de los barrios bajos de Nueva York, pero no de su entereza, su fortaleza y su constancia. Es una joven honesta y firme tanto en sus propósitos como en sus convicciones y me ha parecido un personaje estupendo. La autora sabe combinar en ella la ternura, la fuerza y la inocencia de una mujer que lo ha tenido todo, pero también sabe de los infortunios de los menos afortunados.
Es un personaje que me ha encantando tanto por su forma de conocerse a sí misma y, al mismo tiempo, respetarse, por la forma en la que afronta las situaciones y, sobre todo, por la forma en la que se relaciona con Jack: abierta, valerosa y descaradamente.
Jack también ha estado jugando entre nosotras durante toda la trilogía, aquí lo conoceremos mucho mejor. Tanto su pasado como lo que se esconde tras un hombre hecho a sí mismo que ha llegado a controlar la mayor organización mafiosa del Downtown. Es un diablo encantador, manipulador y seductor.
Me ha gustado muchísimo esa relación de amor/odio que se fragua entre ellos. Ella no se deja amedrentar por ese brabucón al que le gusta imponer miedo y él se verá sorprendido por ese ser angelical que no para de sorprenderle y al que empieza a admirar.
Tras una segunda entrega en la que la autora me dejó ojiplática, en esta novela la tensión sexual está llevada de una forma estupenda. Hay momentos de tensión estupendos y ninguno de ambos pueden refrenar sus sentimientos, aunque, al mismo tiempo, ambos actúan en concordancia a lo que son y las diferencias sociales que los separan. Los dos son conscientes de que hay límites que no se pueden traspasar y se respetan demasiado. No obstante, como lectoras sabemos que es algo que no va a durar y cuando todo explota ¡es genial!
Me han gustado mucho esas pequeñas disputas, la forma en la que Jack no para de lanzar encerronas a una Justine que aprende a través de los ojos de él a valorarse mucho más. Como es usual con este tipo de personajes, ambos crecen gracias a su contacto mutuo.
La historia podía haber decaído, sin embargo, Joanna deja de lado lo que podría haber sido un final predecible y nos sorprende con otro momento más de fortaleza creando un final que me ha parecido de lo más acertado.
Si algo tengo que objetar es el comportamiento de las protagonistas anteriores, demasiado hipócrita para mi gusto y, como no, para la propia Justine también. Algo que, quizás, esté totalmente provocado por la propia autora dejando claro que «vemos la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro»
Una lectura de lo más recomendable ♥ quizás no debería ponerle la máxima puntuación, pero me lo he pasado tan bien con ella y creo que tanto la evolución de los personajes, la forma en la que se relacionan y la escena final se lo merecen.
No son fortuitas las repeticiones de «estupendo»
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha a la autora - Web de la autora
Pepa