El diamante de Jerusalén
Autor Noah Gordon (1926)Traductción Elsa Mateo
LibroEditorial: Grupo Correo de ComunicaciónEdición: julio 1997Páginas: 517ISBN: 84-406-7552-6
Mi impresión
Este libro lo he "rescatado" estas navidades pasadas en Granada, después de una mañana un poco ajetreada y justo cuando conseguí que el niño se durmiera después de comer. Eso me dio cinco minutos para echarle un ojo a los libros que tenía delante mía. ¿Qué me llamó la atención? Lo cierto es que hasta este momento no había leído nada de Noah Gordon (¿por qué no empezar ahora por este libro?) y el contenido de la contraportada me convenció. Después de la lectura del libro he de decir que, bueno, no es lo que yo esperaba, porque en bastantes momentos parece que nos olvidamos de la idea principal y sólo nos centramos en la parte más romántica y, por ello, al finalizarlo me quedé como estaba cuando lo habitual en mi es darle un par de vueltas a lo leído.
La desaparición de las reliquias judías de un templo de Jerusalén tras el ocultamiento de las mismas en épocas remotas por parte de un grupo de devotos, de tal manera que pudieran ser recuperadas cuando la invasión que sufrían por parte de otras tribus pasase, es la escusa para que se inicie la gran aventura en el tiempo del diamante de Jerusalén. El eje principal de la novela es la valiosa piedra que resulta ser un diamante amarillo único, pero también se narra cómo fue la vida, hasta la actualidad, de una saga de famosos talladores de diamantes, desde cómo empezó todo hasta llegar a la posición de exclusividad en la que se encuentra Harry, nuestro personaje. Todo ello permite que también nos traslademos por las diferentes épocas y todos los problemas por los que pasaron los judíos durante la historia: huida de Egipto, desaparición del pueblo de Israel por las continuas invasiones, inquisición en España y Países Bajos y las guerras mundiales en el siglo XX. Al mismo tiempo, el libro aprovecha para comentar y, en algunos casos, ser partícipe de una crítica a determinadas corrientes del judaísmo. (Hasta aquí la parte que yo he considerado como interesante del libro)
Nuestro personaje, Harry Hopeman, que aunque dispone de una posición más que acomodada, ha trabajado durante toda su vida con los diamantes; conocimiento que ha ido pasando de generación en generación hasta la actualidad y que, también, pasará a su hijo en cuando éste alcance la madurez suficiente ya que aún es un niño. Pero por otro lado, su matrimonio pasa por una época de crisis casi definitiva. Un día recibe una llamada que le propone un negocio en el cual deberá ejercer de mediador para la adquisición de un diamante. Esta misma oferta le llega por parte de varios compradores interesados y, aunque inicialmente rechaza todas las ofertas, finalmente aceptará una de ellas. El viaje que debe hacer le llevará a Israel, en done conocerá a una joven que le servirá de guía. La relación con la guía y las idas y venidas con un arqueólogo centrarán el libro y les llevará a una conclusión que no era la esperada. Un último descubrimiento cambiará los acontecimientos finales...
Contraportada del libro
Harry Hopeman pertenece a una dinastía de diamantistas cuyos orígenes se remontan a los tiempos de la Inquisición. Un día recibe el encargo de recuperar para el pueblo judío un diamante que está en poder de un egipcio y que también es reclamado como propio por la Iglesia católica. La novela describe la historia del diamante -desde los tiempos bíblicos hasta la actualidad- y su relación con los antepasados de Hopeman, quienes participaron en la elaboración: La búsqueda del diamante conduce al protagonista a Jerusalén, donde vive una serie de aventuras.