Por Yohan González
En unos días la “comunidad” Blogosfera Cuba (BgC) cumplirá su primer año de vida. Atrás queda un año que, cual si fuera la viva estampa de lo que ocurre en un ser humano, se mezclan episodios de felicidad con tristeza, primeras palabras con frustraciones, primeros pasos con primeras caídas. Si hiciera un balance diría que –y es un criterio personal- estamos muy lejos de ser lo que aspirábamos pero estamos en el camino hacia algo. En el instante en que un sector del universo de los blogs sobre temas cubanos decidió unirse bajo la sombrilla de un proyecto como BgC comenzó el camino de búsqueda de algo que definimos como unidad en la diversidad, un modelo que demostró no ser fácil de conseguir.
(…) quisiera que Blosgosfera Cuba funcionara naturalmente, sin estructuras ni liderazgos impuestos (…) no debe contar con “vacas sagradas”, ni hablar de blogueros grandes y blogueros pequeños y mucho menos promover una supremacía de La Habana sobre las provincias. Sé que debe ser difícil pensar, y hasta puede ser utópico, que (…) no se hagan distinciones entre blogueros bien porque tengas X cantidad de visitas, tengas X cantidad de comentarios, seas más o menos mediático, o bien seas periodista o no.
7 de junio de 2013
Desde el mismo inicio del proyecto ha sido incesante el deseo de algunos de sus miembros de capitalizar el espacio de la comunidad en favor propio y convertirse en autodenominados líderes, posición que va acompañada de cuotas de visibilidad y de un supuesto “poder”. El esfuerzo por lograr la horizontalidad chocó contra el muro del ego y la ambición que derivó en la acentuación de las diferencias entre algunos miembros de la comunidad, el nacimiento de “microfacciones” determinadas por condiciones geográficas, cercanías de amistad o de profesión y por tanto, en la disolución del compromiso de construir una comunidad “unidad” y “diversa” que terminó en una “descomunidad”.
En uno de los artículos más críticos pero a la vez más sanos y sinceros que he leído en referencia a el caso de la “descomunidad” Blogosfera Cuba, el periodista y bloguero Maurico Escuela expresaba que:
Más allá de unificar la agenda en determinados momentos, previo consenso; se hizo evidente la presencia de fuerzas reguladoras desde afuera, las cuales intentaron clonar enfoques ya fallidos en el campo de la comunicación institucional.
Tuvo razón Mauricio cuando habló de la presencia de “fuerzas reguladoras”, estas intentaron afiliar a la comunidad a posiciones pro-oficiales, que permitieron que nos dejásemos arrebatar lo más interesante y atractivo que tenía el proyecto: su independencia. No niego que resulta atractivo el cierto activismo que tiene la comunidad en el tema de la lucha por la liberación de los Cinco, el cual ha sido decisivo para apoyar a un golpe de timón en la manera de llevar el caso y sobre todo el tratamiento en las redes sociales del asunto; pero la comunidad, motivada quizás por la apatía política, no pudo alcanzar concesos para definir una agenda de lucha en lo político así como una posición a defender ante las instituciones oficiales y entes externos. Incapaces de lograr consensos necesarios la división nos jugó una mala pasada. Y por tanto lo pagamos caro.
Otro de los fallos más mortales que tuvo la comunidad fue su incapacidad de poder servir de espacio de ayuda técnica así como la promoción de blogs poco conocido. Sobre eso escribía la también bloguera Sandra AbdAllah-Álvarez Ramírez, más conocida como Negracubana, quien expresaba que:
(…) podrían caber el intercambio de conocimientos, las ayudas tecnológicas, el uso de las aplicaciones, recursos y herramientas disponibles en Internet (Foros de discusión, Wikis, Blogs, Redes Sociales) y el provecho que se puede obtener de las mismas, el desarrollo de aplicaciones, widget, etc. Quizás este debería ser el objetivo fundamental de una comunidad de bloggers.
Incapaz de trascender de lo digital a lo físico así como de poner su marca en proyectos que pudieron derivar en una verdadera revolución en el mundo de los blogs cubanos, la comunidad se encerró en las discusiones externas y desaprovechó un año que pudo haber sido excelente.
Pero todo no fue negativo en este año, sería injusto no resaltar los “éxitos” que puede presumir Blogosfera Cuba. Aunque pocos, los espacios de interacción físicos, en este caso las guerrillas de blogueros o la reciente celebración de las Bloguerías de Mayo, fueron éxitos, pero aún no es lo suficiente. Igual queda la revista, publicación que tiene que derivar en una medio más abierto y representativo. Sobre ella Mauricio expresó:
La revista (…) ha tenido un impacto indudablemente escaso en la sociedad. Los mecanismos publicitarios fallaron y el hecho no pasó de un acontecimiento artesanal, con escaso nivel de reconocimiento fuera de marcos estrictamente endógenos. No basta con un buen diseño, ni con textos llamativos y bien escritos. Toda revista presupone una personalidad mediática bien definida, y estrategias comunicativas que la den a conocer, sobre todo en públicos potenciales.
Muchos blogueros han perdido la fe en lo que un día fue un proyecto interesante y apasionante, no los culpo, en varias ocasiones yo mismo he dejado de sentir esa identificación que me ataba a BgC desde sus mismos inicios. Sigo pensando que Blogosfera Cuba no tiene que convertirse en el Partido único de la blogosfera cubana, gran parte de las divisiones internas se la debemos a ese inútil sentimiento –incitado por algunos miembros de la comunidad- de querer agruparnos todos en un mismo espacio que al final no pudo defender la tolerancia y el respeto a las diferencias y decisiones personales frente al dogma y la unidad impuesta. Por eso creo que espacios alternativos y derivados de BgC nacerán, poco a poco, y cada uno construirá su unidad en base a fuertes lazos de amistad, cooperativismo y hermandad entre bloggers.
No es fácil el camino hacia la unidad, la sociedad cubana en sí debe aprender a comprender la dimensión de dicho concepto. Las claves ya están dadas, hace casi un año las señalaba:
Mi sueño es que (…) comencemos a funcionar como una comunidad que sea ejemplo de la Cuba que yo quiero: inclusiva, de tolerancia, de respeto a las diferencias y opiniones, sin liderazgos impuestos, democrática, participativa, unida y diversa.
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