Antes de la muchedumbre de verano se proyectará el viernes 9 en la Alianza Francesa de la avenida Córdoba.
Antes de la muchedumbre de verano es uno de los nueve films programados para la Semana de Cine Egipcio que transcurrirá entre hoy lunes y el próximo viernes en el marco del sexto LatinArab. La ficción que Mohammed Khan dirigió en 2015 cumple con uno de los objetivos del Festival Internacional de Cine Latino Árabe en Buenos Aires: desarticular los estereotipos sobre el llamado “mundo árabe” que la industria cinematográfica occidental contribuye a difundir y a fijar.
No intervienen terroristas ni ladronzuelos a la caza de turistas en este retrato satírico de la burguesía egipcia, que el realizador de 73 años ambienta en un complejo de cabañas al borde del mar. Además de esas ausencias, también desconcierta que las tres musas inspiradoras del fresco social -una cuarentona recién divorciada por un lado, y un médico cincuentón y su esposa por el otro- sean tan egocéntricos, mezquinos, tilingos como ciertos exponentes de la clase acomodada argentina (por citar el ejemplo de otro país).
Hala, el Dr. Yehia y su mujer Magda pasan unos días en los mencionados chalets, justo antes de la invasión veraniega anunciada en el título del film. Los asiste y observa sin emitir opinión el joven voluntarioso que sólo accede a la playa en calidad de cuidador temporario del predio hotelero. En la pirámide social egipcia, Gomaa aparece en un estrato inferior a aquél reservado a los integrantes del aluvión.
Khan invita a estudiar a la mujer divorciada y a los esposos como si fueran ratas de laboratorio. Reconocemos entonces conductas calculadoras, hipócritas, narcisistas, snobs. La posibilidad de tomarse vacaciones lejos del vulgo esconde otros privilegios que el realizador desenmascara de a poco.
Quienes vieron Decor en el quinto LatinArab reconocerán al actor Maged El Kedwany en la piel del galeno voyeur e inescrupuloso. Los demás integrantes del elenco representan un descubrimiento que confirma la sólida tradición cinematográfica de Egipto (en este punto cabe recordar, que en la conferencia de prensa del lunes pasado, el director artístico del festival Christian Mouroux señaló a ese país como el gran productor cinematográfico de cine árabe).
Algunos espectadores encontrarán una (re)encarnación de la burguesía egipcia en el loro que el médico y su señora atesoran en una jaula. Desde esta perspectiva, el destino que Khan le impone a la mascota suena a pronóstico basado en el peligro de extinción que esa clase social parece correr en un presente convulsionado y sin embargo desconocido por aquellos ciudadanos incapaces de ver más allá de sus narices (o de ciertos barrotes de lujo).