Revista Cultura y Ocio

El discurso político en España, el arte del eufemismo

Publicado el 13 octubre 2014 por Martaserrano @Uni_Actualidad

Lo que me gusta de tu cuerpo…

Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo.

Lo que me gusta de tu sexo es la boca.

Lo que me gusta de tu boca es la lengua.

Lo que me gusta de tu lengua es la palabra.

(Julio Cortazar)

 

 

El discurso se define como un intercambio de actos de habla que  asumen el lenguaje como una forma de acción. Esto quiere decir, ni más ni menos, que al hablar estamos construyendo la realidad. Cortazar elogia a la palabra porque es esa palabra la que hace la legua, la que crea la boca y la que construye el sexo de la persona amada.

Es el lenguaje el que crea la realidad social, y el discurso político el que construye la política. Por ello es tan importante el análisis de ese discurso. La complicación surge debido a que en este estudio el objeto es el propio suceso. La investigación social sirviéndose de métodos y técnicas cualitativas utiliza el lenguaje como herramienta a la vez que es el propio objeto de análisis.

Los actores políticos se dirigen continuamente a la ciudadanía por medio de la práctica del discurso político. Existe un propósito de persuasión en estos discursos más allá de su función informativa. El mensaje lanzado por el actor político es decodificado por la población, que reenvía el mensaje al emisor retroalimentado, lo que generará el siguiente mensaje del actor político. Es en este feedback comunicativo en el que se genera la opinión pública, que tiene una dimensión como referente cultural, siendo donde se realiza y expresa la cultura de masas.

Es decir, cuando nuestros políticos lanzan un mensaje a la ciudadanía no solo pretenden aportar datos e información, si no crear una respuesta positiva o negativa a los mismos. Es en este punto en el que el lenguaje elegido en ese discurso cobra especial importancia.

Podemos observar con relativa facilidad los eufemismos que nuestros políticos han asimilado en sus discursos a lo largo de esta crisis. Si analizásemos los discursos que nos son lanzados encontraríamos múltiples ejemplos de estos términos talismán con los que se pretende guiar nuestra opinión.

  • En un contexto de crisis económica y desigualdades desde el gobierno se pretende focalizar la responsabilidad del empleo o desempleo en cada ciudadano, así,  un problema social que resolver a nivel político pasa a ser una problemática individual. Y el desfasado tabú del empresario, se convierte en la innovadora figura llena de virtudes del emprendedor.
  • La fea palabrota del despido, que trasmite cierta violencia del empresariado sobre el trabajador, no es más que terminología neutra como la descontratación.
  • Una injusta bajada de los salarios, en muchos casos ya precarios de por sí, se transforma en una moderación salarial, concepto que alude a una circunstancia anterior, e irreal, de salario excesivo que es necesario moderar.
  • Una crisis sanitaria como la generada por un tema de tal importancia como el ébola, en vez de tratarse de una respuesta ineficaz e improvisada del gobierno es distorsionada hasta convertirse de nuevo en una problemática individual por medio de una relajación en el protocolo.

Lo más curioso más allá de los eufemismos es el discurso vacío que se genera.

Analicemos, para verlo, un ejemplo: “Es necesaria la flexibilidad laboral”. Cualquiera de nosotros habrá escuchado esta frase en múltiples ocasiones, ¿pero qué quiere decir realmente?.

Este enunciado podría aludir a situaciones tan contrarias como el despido o la contratación.

Estudiándola con más profundidad podemos atender a dos núcleos  en la oración. Por una parte estaría el concepto de “necesaria” y por otro la “flexibilidad”.

A la hora de atender a asimilación del contenido de un mensaje tendemos a hacer una simplificación binaria de los términos del mismo (por ejemplo izquierda y derecha en el campo de la política). El lenguaje presenta un campo semántico en el que se construyen pares, uno positivo y otro negativo (por ejemplo, muerte y vida).

El término flexible tiene un matiz positivo ante lo rígido. Esta positividad del mensaje es reforzada con su carácter necesario, que es siempre positivo frente a lo innecesario, por la insinuación de indispensable a la que apunta.

¿Qué quiere decir todo esto? Esto significa que en esa frase se ha construido una matriz vacía. Al estar reforzada positivamente de esta manera podemos extrapolar la matriz a cualquier temática que tendería a seguir asimilándose como positiva por el receptor. Por ejemplo podemos decir “Es necesaria la flexibilidad en una relación de pareja” o “Es necesaria la flexibilidad al impartir una clase”, pudiendo continuar así con los casos que se nos ocurran.

La importante dimensión política y social que ha adquirido la opinión pública la ha convertido en objetivo político e instrumento de propaganda desde el poder.

Así es necesario que como ciudadanía nos defendamos de estos ataques desde una actitud informada y crítica, exigiendo a nuestros políticos discursos con contenido y proyectos fuertes, tan necesarios para salir de la terrible crisis social, política y económica en la que nos encontramos inmersos. Rechacemos ese discurso de inasunción de responsabilidades políticas y culpabilización de la población y hagamos, siguiendo a Cortazar, de la palabra lo que más guste para construir la realidad social por la que luchamos y que merecemos.

 


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