En ocasiones, los pensamientos y emociones negativas pueden ser los causantes del dolor de espalda. Si separamos el dolor de origen traumático, los accidentes, el dolor por problemas congénitos de la columna o el que se asocia a patologías graves, en el resto de casos, si se investiga un poco, es posible llegar a encontrar la participación activa de las emociones en el origen y la perpetuación del dolor.
Hay que tener en cuenta que el estrés y la ansiedad producen una liberación de adrenalina que puede provocar una mayor contractura muscular y ese podría ser el origen del dolor.
Para resolverlo, se debe buscar el verdadero origen del dolor, y preguntar al paciente sobre cómo marcha su vida , ahondando en sus circunstancias de una manera integral.
El método Pilates, así como otras disciplinas y terapias, pueden ayudar a la relajación de la mente y a conseguir el bienestar emocional si a la vez se toman decisiones importantes en su vida.