El druida del camino de Santiago
Erase una vez unas brujas blancas que caminaban por el camino hacía Santiago, en busca de alegría, compañía y reflexión, buscando siempre el goce que produce la naturaleza en cada rincón de la tierra.Pasamos Sarria y llegamos al río que está antes de Barbadelo, un lugar más que hermoso. En el río nos paramos a refrescarnos y a una de ellas se le ocurrió sentarnos en las piedras del río, nos descalzamos y cada una nos sentamos en las piedras del medio del río para conversar y disfrutar de el escenario más hermoso del mundo, la naturaleza pura.
Cuando reíamos sin cesar en un instante una de nosotras percibió a un druida que llevaba delante de nosotras sentado un buen rato sin habernos percatado de su presencia, estaba en la orilla sentado, descalzo con un vara decorada con flores silvestres, preciosa!!!.
Con voz suave y seria nos habló del camino, de sus caminantes, del premio de la vida, de la bella naturaleza y del objetivo del camino.
Al cabo de un buen rato, nos bendijo,una de nosotras abrumada con tal excepcional presencia, se puso de rodillas y el druida con su cayado en mano nos hizo la señal de la santa cruz y nos fuimos en paz.
Habían pasado horas y el resto del grupo comenzó a preocuparse por nosotras, cuando lo contamos, apenas creían semejante aventura, sus prisas en llegar al destino, les impidió disfrutar de tal evento en el camino. Nunca lo podremos olvidar ninguna de nosotras...
Jamás tuvimos una experiencia similar, hubo un antes y un después de ese gran momento, en el agua del río con un ser excepcional, cuatro mujeres fuimos afortunadas de encontrarnos un druida en la realidad de nuestras vidas.
Sus hermosas palabras sobre la vida de las personas nos quedamos grabadas en nuestro pensamiento. Al dejarlo a él, encontramos el gran castaño de Barbadelo, el gran árbol de la felicidad, nos subimos, nos fotografiamos y recordamos la aventura más hermosa del camino....hermoso recuerdo....
Utreia!!!