Una oleada de autoinmulaciones ha seguido a lo largo del Magreb las protestas que iniciaron la revolución en Túnez.
Al grito de «seguridad del Estado, seguridad del Estado, mi derecho se ha perdido en el Estado», un ciudadano egipcio se quemó a lo bonzo frente al Parlamento, en el centro de El Cairo, dentro de una ola de protestas que se ha extendido desde Túnez por todo el Magreb.
El acto del joven informático sin empleo Mohamed Bouazizi, que se inmoló en Túnez en el inicio de las movilizaciones que han derrocado el régimen de Ben Alí, se ha traducido en cuatro casos similares en Argelia en los últimos cinco días, uno en Egipto y otro en Mauritania. Hechos que confirman los temores de los países del norte de África a un efecto contagio. «Túnez es ahora el modelo a seguir para todos los árabes. La época de los dictadores y las dictaduras ha terminado», sostiene el analista político y profesor de Políticas de la Universidad de Argel, Mohamed Lagab, en declaraciones a la agencia Reuters.
Argelia
Es la primera vez que se registran incidentes de este tipo en el régimen autoritario de Argelia, donde cuatro personas se han rociado con gasolina y se han prendido fuego en distintos puntos del país. El último caso se produjo el domingo cuando un desempleado de 34 años se quemó a lo bonzo frente a la sede de las fuerzas de seguridad en la provincia de Mostaganem, a 350 kilómetros de la capital Argel.
La Policía se ha visto estos días obligada a dispersar las manifestaciones de protesta que se han producido como reacción a los actos aislados. Este sábado, un centenar de personas salió a la calle después de que Mohsen Bouterfif se quemara a lo bonzo en la localidad de Boujadra, cerca de la frontera con Túnez.
El diario argelino «El Watan» denunció en su editorial de ayer que las millonarias inversiones en programas de desarrollo no han tenido «ningún impacto en la vida diaria de los ciudadanos argelinos» al tiempo que advirtió de los riesgos de la pobreza general: «Los signos de miseria social son visibles en todo el país. Un ruido sordo recorre las calles de Argelia. Es muy probable que sea un caldo de cultivo para la violencia».
Egipto y Mauritania
En Egipto, un hombre de 49 años se encuentra hospitalizado en estado grave después de rociarse ayer con gasolina y prenderse fuego. Al parecer, el hombre pretendía entrar en el Parlamento egipcio para protestar por el cierre de su restaurante, según informa Efe. Abdo Abdelmoneim se prendió fuego en el momento en que varias personas intentaban aproximarse a él.
Las reivindicaciones han llegado también a Mauritania, donde un empresario de unos 40 años procedente de una familia rica adoptó el mismo sistema delante del palacio presidencial. Según los testigos, el hombre se encerró en su coche antes de que las fuerzas de seguridad y los peatones consiguieran romper las ventanillas y se prendió fuego.
Ould Dahoud, que protestaba por la situación política del país y por la ira del régimen, se encontraba en la tarde de ayer hospitalizado por quemaduras graves que sufre aunque los médicos afirman que su vida no corre peligro.