Revista Ciencia

El efecto mariposa: una condición superflua del caos

Publicado el 27 abril 2012 por Eliatron
Hace un par de días, publiqué en Amazings la entrada titulada El Efecto Mariposa: vaya ¿timo? que os animo a que leáis. En ella, cuento una curiosa y poco conocida propiedad del Caos en relación con el efecto mariposa. El efecto mariposa es una condición superflua del caos.
En el presente artículo, vamos a recuperar los conceptos necesarios del anteriormente citado y vamos a presentar la demostración de que, efectivamente, el efecto mariposa no es necesario para definir el caos. La demostración de este hecho no es difícil y tan sólo requiere conocimientos básicos de topología. Pero claro, estamos ya hablando de un nivel de estudios universitarios.
Vamos a recordar algunas cuestiones. Te recomiendo que antes de continuar, leas el artículo El Efecto Mariposa: vaya ¿timo?  y también le eches un vistazo a Caos lineal: ¿una paradoja?.
En primer lugar, el concepto de caos, aunque estaba en el acervo matemático, no tenía una definición clara hasta que Robert L. Devaney la introdujera en 1986. Según este matemático, un sistema dinámico, es decir, una aplicación continua El efecto mariposa: una condición superflua del caos de un espacio métrico El efecto mariposa: una condición superflua del caos en sí mismo, es caótica si cumple a la vez, las tres propiedades siguientes:
  • Dependencia sensible respecto de las condiciones iniciales (efecto mariposa).
  • Existe una órbita densa.
  • Existe un conjunto denso de puntos con órbita periódica.
Veamos qué significa cada una de estas tres propiedades.
Antes de empezar, dado un punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos, su órbita es el conjunto El efecto mariposa: una condición superflua del caos, donde El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
El efecto mariposa: una condición superflua del caos es sensible respecto de las condiciones iniciales siempre que exista una constante de sensibilidad El efecto mariposa: una condición superflua del caos (que sólo depende de El efecto mariposa: una condición superflua del caos) tal que para cada El efecto mariposa: una condición superflua del caos y cada El efecto mariposa: una condición superflua del caos existe El efecto mariposa: una condición superflua del caos y El efecto mariposa: una condición superflua del caos tales que El efecto mariposa: una condición superflua del caos y El efecto mariposa: una condición superflua del caos. Es decir, no importa cómo de cerca busquemos, que siempre encontraremos un punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos de forma que más tarde o más temprano, su órbita se aleja de la de El efecto mariposa: una condición superflua del caos una cierta constante prefijada El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
La segunda condición nos dice que existe un punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos tal que para cada punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos y cada El efecto mariposa: una condición superflua del caos, existe El efecto mariposa: una condición superflua del caos tal que El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Finalmente, la tercera condición nos dice que para cada punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos y cada El efecto mariposa: una condición superflua del caos existe un punto periódico El efecto mariposa: una condición superflua del caos, tal que El efecto mariposa: una condición superflua del caos. Recordemos que un punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos es periódico (o tiene una órbita periódica) cuando existe El efecto mariposa: una condición superflua del caos tal que El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Bien, pues ahora que sabemos todo lo que hay que saber, vamos a demostrar nuestro resultado.
Teorema: Sea El efecto mariposa: una condición superflua del caos un espacio métrico sin puntos aislados. Si El efecto mariposa: una condición superflua del caos posee un punto con órbita densa y un conjunto denso de puntos periódicos, entonces es sensible respecto de las condiciones iniciales.
Demostración: Antes de empezar, si El efecto mariposa: una condición superflua del caos es un espacio métrico sin puntos aislados, tenemos que si existe un punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos con órbita densa, entonces existe un conjunto denso de puntos con órbita densa. En efecto, sabemos que El efecto mariposa: una condición superflua del caos es densa, pero para cada El efecto mariposa: una condición superflua del caos se tiene que El efecto mariposa: una condición superflua del caos y este conjunto sigue siendo denso, pues sólo hemos quitado una cantidad finita de puntos a un conjunto denso (para que esto sea cierto, es para lo que es necesario que no haya puntos aislados). Resumiendo, sabemos que hay un conjunto denso de puntos con órbitas densas.
En primer lugar, elijamos dos puntos periódicos diferentes El efecto mariposa: una condición superflua del caos y El efecto mariposa: una condición superflua del caos. Como sus respectivas órbitas El efecto mariposa: una condición superflua del caos y El efecto mariposa: una condición superflua del caos son periódicas, han de ser finitas. Sea El efecto mariposa: una condición superflua del caos, es decir, la distancia entre ambas órbitas. Ahora, fijado un punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos, es claro que o bien El efecto mariposa: una condición superflua del caos o bien El efecto mariposa: una condición superflua del caos, en cualquier caso, hemos probado lo siguiente:
Existe El efecto mariposa: una condición superflua del caos tal que para cada El efecto mariposa: una condición superflua del caos existe un punto periódico El efecto mariposa: una condición superflua del caos de forma que El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Pues bien, vamos a demostrar que El efecto mariposa: una condición superflua del caos es sensible respecto de las condiciones iniciales y con constante de sensibilidad El efecto mariposa: una condición superflua del caos. A por ello.
Sea El efecto mariposa: una condición superflua del caos y El efecto mariposa: una condición superflua del caos (podemos suponer, sin pérdida de generalidad, que El efecto mariposa: una condición superflua del caos). Como el conjunto de puntos periódicos es denso, existe un punto periódico El efecto mariposa: una condición superflua del caos tal que El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Tal y como hemos visto, dado El efecto mariposa: una condición superflua del caos existe un punto periódico El efecto mariposa: una condición superflua del caos tal que El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Ahora, sea El efecto mariposa: una condición superflua del caos el periodo de El efecto mariposa: una condición superflua del caos, y sea El efecto mariposa: una condición superflua del caos, donde El efecto mariposa: una condición superflua del caos es la bola de centro El efecto mariposa: una condición superflua del caos y radio El efecto mariposa: una condición superflua del caos, es decir, El efecto mariposa: una condición superflua del caos. Como El efecto mariposa: una condición superflua del caos es continua, se tiene que El efecto mariposa: una condición superflua del caos es una intersección finita de conjuntos abiertos (una aplicación es continua si la preimagen de un abierto es un abierto), por lo tanto, El efecto mariposa: una condición superflua del caos es un abierto. Además, es obvio que El efecto mariposa: una condición superflua del caos, pues para cada El efecto mariposa: una condición superflua del caos se tiene que El efecto mariposa: una condición superflua del caos. Por lo tanto, existe un número El efecto mariposa: una condición superflua del caos tal que El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Ahora, sabemos que existe un conjunto denso de puntos con órbita densa, por lo tanto, existe un punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos con órbita densa tal que El efecto mariposa: una condición superflua del caos. Como El efecto mariposa: una condición superflua del caos es densa, existe un El efecto mariposa: una condición superflua del caos tal que El efecto mariposa: una condición superflua del caos, de donde deducimos que El efecto mariposa: una condición superflua del caos. Y esto significa que para cada El efecto mariposa: una condición superflua del caos se tiene que El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Ya estamos casi a punto. Sea El efecto mariposa: una condición superflua del caos la parte entera de El efecto mariposa: una condición superflua del caos. De esta forma, se tiene que El efecto mariposa: una condición superflua del caos y, por lo anterior, El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Ahora ya sólo nos queda darnos cuenta de que, como El efecto mariposa: una condición superflua del caos es el periodo de El efecto mariposa: una condición superflua del caos, se cumple que El efecto mariposa: una condición superflua del caos y aplicando la desigualdad triangular tenemos que:
El efecto mariposa: una condición superflua del caos El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Por un lado, sabemos que El efecto mariposa: una condición superflua del caos; por otro El efecto mariposa: una condición superflua del caos; y finalmente, como El efecto mariposa: una condición superflua del caos y El efecto mariposa: una condición superflua del caos, se tiene que El efecto mariposa: una condición superflua del caos. En resumen, tenemos que El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Y ya llegamos al final. Usando la desigualdad triangular, se tiene que o bien El efecto mariposa: una condición superflua del caos o bien El efecto mariposa: una condición superflua del caos Pero como El efecto mariposa: una condición superflua del caos y El efecto mariposa: una condición superflua del caos, en cualquiera de los dos casos hemos demostrado la existencia de un punto El efecto mariposa: una condición superflua del caos y un natural El efecto mariposa: una condición superflua del caos (en realidad El efecto mariposa: una condición superflua del caos)  tales que El efecto mariposa: una condición superflua del caos y El efecto mariposa: una condición superflua del caos. Por lo tanto, El efecto mariposa: una condición superflua del caos es sensible respecto de las condiciones iniciales y con constante de sensibilidad El efecto mariposa: una condición superflua del caos.
Y aquí acaba la demostración.
Bueno, sé que no ha sido fácil para muchos de vosotros, pero de vez en cuando hay que ir metiendo un poco de nivel. Como ya eh dicho antes, esta demostración, en realidad, utiliza muy poca batería de conocimientos matemáticos: una distancia y el concepto de densidad. Creo que está al alcance de cualquier estudiante de primero de matemáticas e, incluso, de primer curso de ingenierías y física. Y si hay algo que no entiendes, pues ya sabes qué tienes que tratar de aprender.
Tito Eliatron Dixit
PD1: La referencia principal de esta demostración es la que aparece en J. Banks y otros, On Devaney’s definition of chaos, Amer. Math Month.99 4 (1992), 332-334. http://dx.doi.org/10.2307/2324899 Aunque la demostración no es exactamente la misma, sino que la he modificado lo suficiente como para no tener que introducir el concepto de transitividad topológica que es mucho menos intuitivo que el de existencia de órbita densa.
PD2: Esta entrada participa en la Edición 3.141 (Abril) del Carnaval de Matemáticas, cuyo anfitrión es el blog DesEquiLibros
 
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