Revista En Femenino

El embarazo en Inglaterra

Por Evarey23

Nunca he vivido un embarazo en España así que no dispongo de la información necesaria para comparar ambos países. Hoy me quiero centrar en contar mi experiencia de Primeriza Embarazada en Inglaterra.  

El embarazo en InglaterraFuente: http://goo.gl/GaoU7w

Y te enteras que estás embarazada: llama al GP.

Y cuando ya se lo has contado a toda tu gente llega el momento de buscar asistencia médica que te acompañe durante todo el embarazo.

Al primer sitio que llamé fue a mi GP (General Practitioner, es decir médico de cabecera), y la recepcionista (muy borde) me facilitó el teléfono de la matrona del barrio (local midwife). La llamé y me dió cita. En esa primera cita me tomó la tensión y me estuvo haciendo preguntas sobre mi historia médica, pero sin meterse demasiado en detalle porque en el hospital me hicieron un buen interrogatorio de antecedentes familiares y enfermedades y todo. Me tomó la tensión ¡con el brazo en el aire! y no me pesó. De hecho nunca me han pesado cuando, según he oído, en España te están pesando todo el tiempo y encima ¡te riñen!.

Citas en el hospital

La siguiente cita fue directamente con el hospital y en la primera consulta me hicieron el interrogatorio de antecedentes, análisis de sangre y me explicaron las pruebas médicas del primer trimestre.

Ahora que estoy llegando al final del embarazo tengo que decir que tampoco he tenido tantas visitas al hospital; para hacer las ecografías (semana 12 y semana 20), la prueba de la glucosa (dio negativo), análisis de sangre y ya. Y ahora es cuando visito cada dos semanas a la matrona local para medir la barriga pero durante el primer y el segundo trimestre a la matrona iba cada mes. No considero que las citas médicas sean demasiadas. Entiendo que hay millones de diferentes tipos de embarazo y una mujer que tenga un embarazo difícil tenga que ir más veces.

 

El embarazo en Inglaterra
Fuente: http://goo.gl/Nqbi7w

Mi primer día: las carpetas verdes

Recuerdo el primer día que fui al hospital. No sabía muy bien dónde ir. Me acerqué a la recepción y dije que tenía una cita y me mandó sentar. Y recuerdo perfectamente lo que sentí en ese momento. Me acuerdo de cada segundo. La sala de espera estaba llena de mujeres embarazadas y embarazadísimas. Y luego estaba yo. Las mujeres se miraban entre ellas (las barrigas) [leer post: “reflexiones en la sala de espera del hospital”] y yo miraba a mi alrededor. Lo miraba todo. “Así que este es el lugar donde va a nacer mi bebé, ¿no?” pensé. Y otra de las cosas que miraba (con asombro) era el tamaño de las barrigas de las mujeres que pasaban por ahí. Yo no tenía barriga. ¡Y tampoco tenía la carpeta verde!

Cualquier mujer se hubiese dado cuenta de que era mi primera cita por esos dos detalles y la cara de sorpresa y despiste que llevaba (pero segurísimo).

Al salir de la consulta con la matrona ya llevaba mi “carpeta verde de embarazada” debajo del brazo. Ya estaba ¡oficialmente embarazada! Esa carpeta verde que contiene todas las notas que las matronas van apuntando después de cada revisión para que el día del parto no se escape nada – me aseguré el primer día que pusieran en letras grandes que soy alérgicas a los antibióticos!

¿Qué me queda ahora?

En estas seis semanas que me quedan voy a tener que escribir un “Birth Plan” (plan de nacimiento) en el que dejo por escrito lo que autorizo y lo que no autorizo durante el parto. Es una manera de que las matronas sepan que tienen que hacer y no me anden preguntando cada momento.

Me quedan unas últimas citas con la matrona local, las clases de preparación al parto y las clases de dar el pecho (que ya os contaré como son).

Y lo que me queda que es aún más importante es tranquilizarme, relajarme y disfrutar de este momento tan increíble. ¡Que viva la vida!

 

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