La recién acabada temporada de "Penny Dreadful", no solo se ha ganado un hueco en mi corazón, sino que ha rellenado el que ha ido dejando AHS desde su 2º temporada. El hueco de la serie de miedo de calidad, acongojante e impactante.
Para los que lo ignoran, las penny dreadful eran las pequeñas publicaciones de terror o que narraban acontecimientos tétricos y sangrientos que se vendían a ese precio en la Inglaterra de mediados del XIX, sobre todo popular entre las clases bajas. Y el planteamiento de la 1º temporada, era un ramillete de historias terroríficas de toda la vida y de personajes truculentos que se reúnen para una misión común. Aquí cabían el hombre lobo, las espiritistas, Frankenstein, Dorian Gray o los vampiros
Y a pesar de un guion bastante deslavazado, donde tenían la necesidad de meter a todos estos monstruos en el mismo saco, acertaban plenamente en la ambientación victoriana londinense, en un ritmo poético y gotico asfixiante y en unas actuaciones fascinantes. Aquí, por supuesto y sobre todo, hay que hablar de Eva Green que empezando por sus sesiones de espiritismo, hasta su pelea con los no muertos, aterraba y enamorada con la misma intensidad.
Todos estos defectos de una historia inconexa y anárquica, que no enganchaba ni convencía, se remedian en la nueva temporada. No solo eso, sino que consigue realizar un trabajo magnífico y trepidante.
¿La razón? Desde mi punto de vista hay que fijarse en dos. Por una parte, elimina el batiburrillo de personajes inconexos que hacían difícil de seguir la trama. Ahora ya conocemos a los personajes y el pequeño circulo que forman. A partir de ahí, los personajes crecen y se consolidan de una forma mucho más natural, en las interacciones entre ellos y en la lucha contra el enemigo común: las brujas.
Porque el elemento que ha mejorado la serie y ha servido de amalgama son las brujas, cuyo objetivo es conseguir el alma de Vanessa Ives para su amo. Y la serie acaba convirtiéndose en una serie de brujas, porque Ives también lo es, pero nada de las brujas de Dior, pomposas y rencauchutadas de AHS. Brujas de las jodidamente malas, de las que se bañan en sangre de virgen, roban niños para rajarles en rituales y seducen con embustes. Aqui el personaje de la bruja suprema, interpretado por Helen McCrory, que ya estaba fantástica en "Peaky blinders, es una delicia. Nunca la expresión sonrisa satánica tuvo tanto fondo donde apoyarse. En este sentido nos muestra a las brujas en dos polos opuestos del aquelarre: las brujas buenas, en contacto con la naturaleza que viven apartadas, temerosas, y las brujas salvajes y despiadadas. Ambas se dan cita en un capitulo 3 auténticamente soberbio, en una lucha con la alcahueta con final muy brujeril, con brea, fuego y salivazos.
Además la serie no pierde esa atmósfera romántica, tétrica y sobria que le caracteriza, pero sin reparos en mostrar la sangre, el sexo o el miedo, lo que la hace más creíble y difícil.
Como conclusión decir que en este caso, los actores sí que venden la serie y la magnifican. A la ya comentada actuación Helen McCrory, hay que unir la de Rory Kinnear, conocido por Black Mirror, Southcraff o la reciente The Casual Vacancy. Su papel de “criatura”, o monstruo de Frankenstein, es descorazonadora y sinuosa, mostrando unos registros difíciles de igualar. Y Josh Hartnett como Ethan Chandler, igualmente convence y no desentona para nada con un reparto realmente estupendo.
Aunque todo nos lleva nuevamente a Eva Green. Escucharla hablando la lengua del diablo no sé si me aterra o me pone cachondo,pero su presencia, hierática, hermosa y desafiante, es el mejor cartel y la mejor definición de la serie. Si a mi ya me enamoró en Casino Royale, su actuación de Penny Dreadful la sitúa en mi altar de actrices que te embrujan con solo una caída de ojos.
Al fin y al cabo esa es la ventaja de ser una bruja.