El emplatado todo un arte

A la hora de presentar un plato todo juega un papel importante. Para el emplatado, se requiere además de un sentido estético un profundo conocimiento de los sabores, olores, colores y texturas de los alimentos que serviremos ya que todos ellos conformarán una obra que nos entrara por los ojos pero que es indispensable que nos enamore por sus sabores y texturas.

Algunas reglas básicas para el emplatado

– Asociar distintas texturas en el plato: suaves, espumosas, crujientes…

– No duplicar ingredientes o métodos de cocción que puedan anularse entre sí.

– Buscar una armonía de colores.

– Tener en cuenta el balance nutricional: proteínas y vegetales, hortalizas y frutas. La armonía también implica ofrecer platos saludables.

– Servir porciones razonables: ni mucho, ni muy poco.

– Tener en cuenta el ángulo de visión de los comensales. El comensal siempre tiene unos 50 grados desde su asiento, por lo que los alimentos más altos deben estar en la parte posterior , para que no tapen la parte frontal.

-Es importante que todo en el plato pueda comerse.

Qué elementos componen un plato

– Proteínas ya sean animales o vegetales.

-Acompañamientos verdura, farináceos o carbohidratos.

– Salsas o espumas.

– Decoraciones como hierbas, flores, chips, …

Ningún elemento debe ensombrecer al otro. Todos debe ser un conjunto armónico donde destaque el alimento por el cual el plato lleva nombre.

Algunos tipos de emplatados

– Tradicional:

Este es el emplatado más sencillo. La proteína es la protagonista y los demás elementos se disponen en el plato siguiendo el sentido de las agujas del reloj.

Centrado o estructurado:

Este es un emplatado un poco menos tradicional, los alimentos se organizan como si se fuera una pieza arquitectónica de altura: se coloca la proteína, luego la decoración y, por último, se rodea con la salsa.

Emplatado estructurado de Tartar de atún, La Dominga restaurante en Malasaña