…reside en buena parte en su caos.
El país de playas cristalinas no sería el mismo sin la loca conducción de sus habitantes, la sensación,en muchas ocasiones, de que si no regateas te están timando,sus casas decadentes…pero sobre todo esa sensación de que aquí el tiempo se ha parado.
Puede que al principio impacte, pero conforme pasan los días, te vas acostumbrando y lo vas disfrutando cada vez más…Lo de la conducción (manejes coche o seas viandante) me sigue costando pero por lo demás, me encanta Malta.