La película, bajo el subtítulo "una historia en la niebla de Londres", narra los tenebrosos acontecimientos, una serie de asesinatos conocidos como "los crímenes del vengador", ya que en el escenario del crimen deja su tarjeta de visita, siendo literal, haciendo gala de ese humor negro que caracterizó al cineasta inglés a lo largo de su carrera.
Hitchcock construye una historia de suspense, centrada en el extraño inquilino de una habitación alquilada en la casa de una pareja mayor que vive con su hija, las relaciones entre ellos y un cuarto personaje pretendiente de la hija, detective de policía a quien encargan el caso del vengador. La trama es bastante lineal, pero ya plantea giros y tramas que el cineasta repetirá: humor negro, trama amorosa a modo de expiación y la idea embrionaria de pareja que huye de la sociedad debido a un malentendido, idea quizá proveniente de su educación católica, similar al pasaje bíblico de Adán y Eva expulsados del Paraíso.
Esta película refleja su preocupación en el primer plano de la sombra de la cruz marcando el rostro del inquilino (Ivor Novello), o en las sombras de la ventana de su dormitorio, que también forman una cruz. Hitchcock quiere que nos debatamos entre la inocencia o culpabilidad del inquilino y, al igual que posteriormente haría Fritz Lang en M (1931), está preocupado en retratar ese reverso de la sociedad que se considera ejemplar y que pueda transformarse en turba, juez, jurado y verdugo.
Hay momentos brillantes de fotografía como el plano iluminado desde abajo en la segunda víctima, que resalta la obsesión del criminal por las rubias. También es destacable un primitivo uso del travelling al principio, mostrando la distribución de un periódico, con la cámara montada atrás, en el camión del reparto. Vemos las calles de la ciudad por el parabrisas. Destacan los magníficos planos al techo de la planta de abajo, con la lámpara del techo moviéndose por los paseos del inquilino en la habitación de arriba, para dar paso al mismo plano en la planta superior. Observamos también los pies y la figura del inquilino moviéndose intranquilo. Para ello utilizó un falso techo de cristal con una angulación de plano contrapicado, genialidad utilizada posteriormente en otras películas.
Los tintados tienen predominancia sepia para las escenas cotidianas. El azulado es utilizado únicamente en el exterior noche y durante el segundo asesinato, ya que para las escenas nocturnas del interior de la casa se opta por el blanco y negro, el tintado púrpura para la estancia en el hospital y para la escena final, el blanco y negro. Todo ello remarca ambientes y sensaciones.
Las actuaciones cumplen su objetivo. Destaca Ivor Novello como huésped, su acertado vestuario y presentación en la puerta de la casa rodeado de niebla, embozado, con un sombrero y un maletín, aumenta la expectación. La actriz June Tripp complementa perfectamente la pareja hitchcockiana, y Malcolm Keen y Arthur Chesney son utilizados para dar rienda suelta al humor negro: los intentos de seducción a la hija; su padre, que a duras penas se sube a una silla con dolor de lumbago para arreglar el reloj…
La película no gustó a sus productores ni a su distribuidor. La consideraban rara e inadecuada para su exhibición, por los que Montagu montó de nuevo la película y junto con Hitchcock filmaron nuevas secuencias, rediseñaron y disminuyeron los rótulos de trescientos a doscientos. La tarjeta del asesino es un triángulo con las palabras The avenger, utilizado como advertencia y en tono profético, ya que en la Alemania nazi se usaba un triángulo negro invertido para marcar a anarquistas, vagabundos, mujeres consideradas como una amenaza para el III Reich… El objetivo era cosificar a las personas, como hace el asesino de este filme. Nos encontramos ante una joya del Séptimo Arte y la primera obra maestra del joven realizador británico, plenamente disfrutable desde su primer minuto.
Francis Díaz* * * * * * *Tit. Orig: The Lodger: A Story of the London Fog, 1927. Director: Alfred Hitchcock. Guión: Alfred Hitchcock, Eliot Stannard (Novela: Belloc-Lowndes). Música: película muda. Fotografía: Baron Ventimiglia. Intérpretes: Ivor Novello, Marie Ault, Arthur Chesney, JuneEl crimen no necesita de mayor justificación. Simplemente nos fascina e hipnotiza, nos atrapa, nos obliga a seguir mirando… El equipo PRÓTESIS te trae el comentario crítico de las mejores películas célebres y sangrientas. Este ensayo colectivo ha sido realizado por el equipo para el monográfico Crímenes Célebres, editado por Reino de Cordelia en 2018