Revista Medio Ambiente

El espacio entre mis ingresos y gastos

Por Valedeoro @valedeoro

Written by valedeoro  //  03/02/2013  //  minimalismo  //  No comments

ingresos
¿Qué significa para ti ser rico? ¿A partir de qué cantidad tendrás suficiente? ¿Y cuánto te faltaba hace un año, hace dos años, hace cinco años? Recuerdo que durante mis estudios viví con poco más de 400 euros. Para visitar mis padres, ellos tenían que mandarme el billete. Y en cada trayecto de regreso me llevé mitad de su despensa. Soñé con poder vivir en mi propio piso y poder salir a comer una vez al mes. Con mi primer trabajo, los sueños crecieron. Ahora soñaba con un piso más amplio, vacaciones más regulares, viajes más lejos. Conforme aumentaba el salario, crecían los sueños. La sensación de precaridad era independiente del nivel de ingresos.

La relación secreta entre ingresos y gastos

La adaptación hedonista aseguraba que mi situación emocional frente al dinero no cambiaba. El aumento de los gastos conforme el nivel de ingresos se basa en las exigencias (reales o ficticias) del entorno. Es una de las principales razones del consumo desenfrenado que marca nuestra sociedad. Siempre faltaba un poquito para ser feliz. Los ingresos suben, los ingresos bajan, lo único que se mantiene estable es la sensación financiera, marcada por esa presión entre lo que tienes y lo que crees necesario. Los números absolutos no pueden ser la clave.

Abriendo espacios – reales y metafóricos

Hoy me gusta visualizar la diferencia entre ingresos y gastos como un espacio. Si el espacio es amplio, puedes respirar con más calma. El espacio deja fluir energía y te permite moverte con tranquilidad. La falta de espacio genera ansiedad y estrés. Se aplica a tu cuenta bancaria igual que a tu casa.

Lo bueno del espacio es que no te cuesta nada. Empecé reduciendo las prendas en mi armario, después las pertenencias en mi casa. Reducí la casa y ahora puedo viajar con toda libertad. Limité los compromisos en mi agenda (más o menos). Aprendí lo que son mis prioridades. No fue cosa de un día, ni de un año. Pero poco a poco descubrí lo que me importa. Las preguntas permanecen: ¿qué disfrutas? ¿qué ya no utilizas? ¿qué objetos están obsoletos? ¿qué servicios ya no te sirven? Las despedidas son parte de mi vida diaria, así como lo son los cambios y las nuevas oportunidades. Imagino que no puedes tener uno sin el otro.

La precaridad y la abundancia no dependen de tu salario

Si gano mil Euros al mes, gastando 800 soy más rica que ganando 100 mil euros y gastando exactamente estos 100 mil euros. Pero hay una cuestión todavía más simportante. Steve Pavlina hace la pregunta clave (y muy relevante para la actual situación de crisis) en su artículo “How to release neediness” (¿Cómo deshacerse de la sensación de necesidad?): Será posible para ti disfrutar de tu vida aunque tu situación financiera se quede estancada el resto de tu vida, o se deteriore?” Esta pregunta es muy real. Ya no puedes dar por hecho que cada año te aumentarán el salario un 10%. Si dejas de disfrutar tu vida para cuando tengas más dinero, puede que te quedes en la línea de espera para siempre.

Así que escribo. Viajo. Tomo mucho té con gente interesante. Juego al poker. Camino. Salgo a correr. Y vuelvo a escribir. Conforme aumentan mis ingresos viajaré más lejos, tomaré té más exclusivo. Pero salvaguardaré mi espacio como si me fuerala vida en ello. Al fin y al cabo mi posibilidad de disfrutar lo que tengo depende de ello.

¿Cuánto espacio tienes?


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