Revista Informática

El Españolisto

Publicado el 27 abril 2014 por Droidblock @droidblock

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Hoy en día, la gran mayoría de nosotros, tenemos en el bolsillo un smartphone con el que hacer multitud de tareas; podríamos, incluso, decir que tenemos un mundo en miniatura ahí metido. Conversaciones con nuestros círculos, navegación en Internet y miles de utilidades en forma de apps.

Unos miniordenadores que sin conexión a la red no nos servirían para tantas cosas. La posibilidad de estar conectados durante todo el día y en el lugar que sea nos atrae mucho. Ya nadie puede vivir sin el Whatsapp, y ahí es donde entra en juego ese 3G, H, E… que nos aparece en la parte superior de nuestros “teléfonos”.

¿Qué son esas siglas?. Pues bien, todas estas letras son en realidad tipos de redes, cada una con sus características (mayor o menor gasto de batería, velocidad, cobertura…). En orden de más lenta a más rápida serían: G -GPRS-, E -EDGE-, 3G, H -HSPA. Entonces, ya tenemos nuestra conexión a Internet y sabemos cuales de las redes lo engloban, exceptuando el tema a tratar, las redes 4g -LTE.

Por tanto, para leer el Twitter en el autobús de camino a la universidad, al trabajo, o a donde sea que vayamos, hace falta conectarnos a través de una de estas redes. En el orden anterior, cuanto más avancemos en velocidad, más se reduce la cobertura y aumenta el consumo.

Las redes móviles van evolucionando y sin duda es muy positivo su cambio. Gracias a la nueva cuarta generación (el LTE o 4G), se alcanzan velocidades de auténtico vértigo, de hasta 74 Mbps de bajada y 25 de subida, una gran diferencia frente a su competidor más cercano, el HSPA, con 7.2 Mbps y 2Mbps respectivamente.

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El problema de todo esto, aquí en España -de ahí viene el título- es que LTE no es lo mismo que TDT. Sí, la Televisión Digital Terrestre que unificó hace unos años la forma en la que veíamos los canales de TV está haciendo un gran daño a las redes LTE de altas velocidades. Parece que son todo lo contrario, y lo son, pero han chocado totalmente de frente uno contra otro.

Tener 4G hoy en día en España es complicado, la cobertura deja mucho que desear debido a que la frecuencia a la que funciona está ocupada por la TDT, si queremos seguir avanzando y poder disfrutar de todas las nuevas ventajas hay que desplazar la televisión a otra franja, y hasta que eso ocurra, el 4G no funcionará, ni bien ni para todos. Y aunque parece ser que este año se va a arreglar la situación, como todo en la vida, tiene un precio. Puede que ya tengas 4G, pero la tarifa que pagas no es la adecuada, llevarlo a toda España es mucho más caro de lo que debería.

El LTE funciona de forma óptima en la banda de 800Mhz, ya que su expansión es mucho más barato y por tanto es más fácil que llegue a todas las personas. Actualmente funciona en los 2600Mhz y los 1800Mhz, donde las posibilidades son mínimas.. Un buen puñado de millones de euros le costará a los españoles esta chapuza del gobierno con la TDT, con la que se encapricharon, alegando que era la “tele del futuro”.

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El 1 de Enero de 2015 estará totalmente liberada la banda de los 800 para que el 4G se afiance en los smartphones de toda la población española. España llega tarde a esta tecnología, como a muchas otras cosas. Hace casi un año vimos los primeros anuncios de ese prometedor 4G, pero no será hasta el año que viene cuando la cobertura esté a la altura. Obviamente hay muchos lugares en el mundo que ni siquiera tienen el beneficio de la duda, y donde el LTE tardará mucho más en llegar, pero en el caso de España la culpa no es del tipo de país.

Para acabar, opino que se debería de pensar más y ofrecer más recursos para la innovación tecnológica, dado que ayudan en cualquiera de los entornos en los que nos encontramos, ya sea empresarial, educativo o personal. Así como que la gente tome conciencia de estos cambios, ya que normalmente se tiene mucho miedo a los avances.


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