Revista Ciencia

El especialista

Por Naturalista
El especialistaEra una tarde de noviembre nublada y fría. El sol bajaba ya hacia el horizonte, iluminando las encinas con una luz pálida y difusa. El viento siseaba entre las retamas, entre los tallos muertos de los asfódelos, y el silencio se cernía sobre el matorral como un presagio incierto.
De repente cruzaron ante mis ojos dos pájaros tan veloces que apenas pude distinguirlos en aquel instante; el primero era verdoso y diminuto, un mosquitero, y tras él, a menos de un palmo de distancia, iba un pájaro grande y gris, un gavilán, persiguiéndolo con asombrosa rapidez a base de certeros aletazos y bruscos golpes de cola para seguir los quiebros del pajarillo, que piaba desesperado mientras la rapaz le ganaba terreno, y tanto se acercó el gavilán que, irguiéndose en el aire, le lanzó las garras llegando casi a tocarlo, pero eso apenas lo desequilibró, y continuó tras el mosquitero hasta que éste se precipitó como una bala entre una pila de sarmientos. El gavilán casi chocó contra ellos y al poco de posarse pareció quedar confuso, como percatándose de que el pajarillo definitivamente se le había escapado. Alzó la cabeza y miró a un lado y a otro con sus ojos amarillos, y sólo entonces notó que yo estaba observándolo a pocos pasos. De inmediato se agachó y alzó el vuelo, perdiéndose entre los arbustos bajo la luz mortecina del crepúsculo.
El especialista

Desde que presencié esta escena han pasado once años, pero curiosamente los detalles permanecen vivos en mi memoria, más que en mi cuaderno de campo. Muy pocas son las veces que he vuelto a ver un gavilán por el paraje, y siempre ha sido a finales de noviembre. A veces, al pie de las carrascas, aparecen los restos de sus festines: palomas torcaces desplumadas, con la pechuga comida; las derriban y, aún medio vivas, sólo les devoran esa parte. Deben de ser las presas de las hembras (abajo), ya que los machos (arriba) son como una cuarta parte más pequeños y por eso cazan sobre todo pinzones y demás pajarillos. Pero, macho o hembra, un gavilán puede capturar muchas especies de pájaros pequeños o medianos, y lo más llamativo es que las aves constituyen casi el 100% de su dieta. Así es Accipiter nisus: un ornitófago, la rapaz más especialista de nuestras 25 hectáreas.
Son muy sensibles a los insecticidas, como se explica aquí.


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