La primera casa en que viví tenía un patio largo, en el cual al fondo estaba el Capitán, un perro grande y bravo que muchas veces intentó morderme... aunque era por jugar. Yo le tenía miedo... el mismo miedo que heredé por los perros... en la noche era peor... a veces me mandaban a buscar cosas al fondo y era un desafío peligroso para mi... los árboles se hacían gigantes, y el viento rozaba mi cara... a lo lejos veía los ojos brillosos del Capitán y los blancos dientes a la luz de la luna, los gatos pasaban por los muros, mientras sus siluetas sigilosas hacían más sombras... en medio de eso yo iba a buscar lo que me mandaban... generalmente era ropa que estaba colgada para que secara... la tomaba y me devolvía sin mirar hacia atrás... y con la sensación de que el Capitán salía persiguiéndome... hasta que volvía a ver las luces de mi casa entraba aliviado y salvado una vez más de esos fantasmas del fondo de mi patio.
Peor fue cuando supe que en ese mismo lugar había muerto un primo que se había caído del techo, en el mismo lugar en que veía mis fantasmas... pese a que nunca vi en mi imaginación algo que pareciera un niño...
La desolación abunda después de la guerra fratricida española, aún cuando los derrotados son los que querían algo nuevo... volvió a la España en un país distinto entre la represión y la persecución que duró décadas de dictaduras, los adultos quedaron con una pena incrustada en los rostros que no hubo como desterrar... en ese ambiente pesimista Teresa (Teresa Gimpera) escribía la desolación de ese 1940 en la región Castellana y Fernando (Fernando Fernán Gómez) cuidaba las colmenas de la granja. Mientras un camión llega a Hoyuelo, un pueblito rural de Castilla, con las novedades del cine.
La función es de Frankestein... y dentro de los niños que van están las hijas de Teresa y Fernando, Ana (Ana Torrent) y Isabel (Isabel Tellería), el monstruo creado por el doctor en una escena de la película se encuentra con una niña... esa escena le queda dando vueltas en la imaginación de Ana... hasta que no aguanta y le pide a su hermana que le diga si es cierto... a lo que Isabel le indica que en la granja también hay un espíritu, no un fantasma si no un espíritu que ronda por el lugar.... Ana con esta revelación comienza a buscar las respuestas de lo desconocido... en medio de la maldita realidad que la guerra dejó en ruinas y las propias balas de la conciencia en los adultos... se comienza a crear un mundo inocente de preguntas sin soluciones.
Así el cine de España en plena época franquista reconoce la pena de una generación y las ganas de empezar de la nueva generación que no reconoce ni enemigos ni adversarios, es tan difícil como reconocer si un hongo es venenoso o no. Ana viaja entre la pena y la vida de un pueblo que parece congelarse en el tiempo, es que sabemos que cada día nos complicamos más la existencia, nos llenamos de prejuicios y de odios... perdiendo la sabiduría que tuvimos cuando eramos niños, con nuestra percepción de lo que es la belleza... que Ana descubre en los parajes mágicos de un pozo y una casa abandonada... en que la desolación de lo que fue y lo que estuvo se palpa en medio de la sangre y las balas incrustadas en el adobe.
Los lugares están llenos de espíritus de los que estuvieron y nos han abandonado sin contar todo lo que querían decirnos, esperando las señales y nuestro silencio para reconocer los mensajes encriptados en el sonido de los árboles y los muros....
Espero que los escuchemos pronto....
saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- El espíritu de la colmena en Wikipedia
4.- Escena
5.- Hoyuelos en Google Maps
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