Revista Política
Ahí tienen al Espíritu Santo del siglo XXI, largándose de la Ciudad-Estado donde todo pecado es posible. La paloma tecnológica voló ayer fuera de ese Estado de opereta, entre cuyos muros han tenido cabida a la largo de los siglos los crímenes más horrendos e impunes. Comtaba hace años Josep Ramoneda que su primera visita al Vaticano la hizo en compañía de un viejo jesuita que había vivido en Roma casi toda su vida. Al traspasar el límite con el Estado vsticano y entrar en la plaza de San Pedro, el jesuita le dijo: "Hijo mío, vamos a santiguarnos y rogar a Dios que nos proteja mientras estemos ahí dentro". Recuerden la escena de El Padrino en la que el ya maduro hijo del viejo capo y nuevo jefe de una de las principales familias mafiosas italo-norteamericanas tras la muerte de don Vito, es recibido en el Vaticano para ser nombrado caballero papal, y el tipo que le recibe, una especie de asesor financiero de la Iglesia, le dice al encallecido gánster: "ahora vamos a enseñarle a hacer negocios...".´ En la fotografía que ilustra el post, tomada de El País, Joseph Ratzinger abandona en helicóptero el Vaticano luego de hacer efectiva su dimisión como Papa de la Iglesia católica.