Campeón invicto y todo, uno de los debates del fútbol argentino sigue siendo el estilo con el que Boca sale a la cancha. El detonante para seguir poniendo al equipo de Falcioni en la mira fueron los superclásicos de verano. En ambos partidos contra River, le alcanzó con un par de llegadas para dar la estocada y después dejar que el equipo de Almeyda se desangrara entre la impotencia de no poder entrar en esa fortaleza en la que se convierte Boca cuando decide protegerse y su propias carencias como conjunto.
No quiso más. Y tampoco necesitó más para obtener la victoria. Esto levantó nuevamente en armas a los que, por un lado, creen que es un cuadro mezquino, poco vistoso y que debe entregar una mayor devolución de calidad de juego. Y desde el otro rincón, toman el relevo los que piensan que se juega para ganar y si con eso es suficiente para seguir tumbando rivales en el camino, no hay por qué tocar ni cuestionar la fórmula -una dureza defensiva impenetrable que pega en ataque sólo en las dosis necesarias- que predica Falcioni. Cuestiones de gustos, ideas y creencias.
El debate es tal que desde adentro mismo de Boca todavía hay discursos diferentes para evaluar el estilo del equipo:
En Rock and Closs, Mouche dio su punta de vista:
Si nos alcanza con jugar así, sería muy mediocre. No podemos conformarnos con lo que estamos haciendo”
Al mismo tiempo, por La Red, Schiavi, bandera de este Boca, daba otro ángulo:
¿Qué es lo que quieren los hinchas? Ganar y salir campeón. Con jugar bien no alcanza. Si no le gusta el fútbol de Boca, que vayan al teatro. Prefiero ganar así, sin brillar. La gente se acuerda siempre de los campeones, no de cómo jugaron”
El mismo Almeyda, apenas terminado el partido, se metió en el tema y disparó para los dos lados. Primero comentó: “Un campeón tiene que atacar más”. Después, analizó: “Al fútbol se gana haciendo goles; Boca hizo uno y ganó”.
Ahora, a Boca se le viene una prueba mayor: probar en el continente, donde hay equipos que sí llegan a dar más de dos pases seguidos, que la fórmula funciona igual de bien. En el campeonato local, dio la sensación de que ni siquiera tuvo segundo (Racing, Vélez, Belgrano y Colón a 12 puntos de distancia). Veremos si afuera le alcanza con este juego que lejos está de llenar los ojos pero es más que eficaz o si incluso potencia más la máquina (tiene de sobra para hacerlo). Mientras, el debate de estilos y gustos futbolísticos sigue en batalla.
¿Opinás como Mouche o como Schiavi? ¿Conformarse con esto sería de mediocre o con ganar y ser sólido alcanza?
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