INDIFERENCIA. Pep Guardiola y Tito Vilanova, inmutables.
La palabra ‘tristeza’ no figuraba en el diccionario culé desde hace poco menos que una eternidad. La casi imposible proeza de arrebatarle la Liga al potente Real Madrid -matemáticamente, el cuadro blaugrana aún posee chances-, la eliminación de la Champions League a manos de un rácano Chelsea y el anuncio del alejamiento de Pep Guardiola trastocaron el ánimo de la institución. Sin embargo, ese coctel de malas noticias no resultó ser un impedimento para que el mejor equipo de la historia demuestre su jerarquía ante un debil Rayo Vallecano, al que aplastó sin contemplaciones por 7-0.
En el humilde estadio de Vallecas, donde el dueño de casa sufre cada vez que se desempeña allí, el centro de muchas miradas no fue el campo de juego, sino el banco de suplentes visitante. Mientras que Barcelona ofrecía por enésima vez una demostración de su fútbol alegre y ofensivo, Guardiola y su sucesor, Tito Vilanova, permanecieron estoicos, sin evidenciar expresión alguna. Los dobletes de Lionel Messi y Pedro, y los tantos de Alexis Sánchez, Thiago Alcántara y Seydou Keita no movilizaron nunca a los pilares del cuerpo técnico barcelonista, el cual vivirá de manera especial los últimos compromisos de la temporada 2011/2012.
Otra goleada del Barcelona de Pep Guardiola:
La final de la Copa del Rey frente al Athletic Club de Marcelo Bielsa será el último gran objetivo de este Barcelona histórico, que rompió con los esquemas utilitarios actuales y así se erigió en una formación fantástica y buscará su 14° título en cuatro años. “Todo esto sirve para la final de Copa, no nos podíamos dejar ir. Sabemos que el Madrid es campeón, pero los partidos hay que competirlos”, explicó un siempre serio Guardiola, cuyos días en el Camp Nou acabarán pronto.
Por otro parte, el Rayo resultó ser sólo un manojo de buenas intenciones. Al igual que tantos otros equipos frente al FCB en el último lustro, la presión en campo rival en los primeros minutos se esfumó como un oasis en el desierto. Con poca lucidez, Roberto Trashorras y Lass se encargaron de comandar las pocas e ineficaces arremetidas del cuadro dueño local, que con esta nueva caída comprometió su permanencia en la máxima categoría.
ATÓNITO. Rayo Vallecano no pudo hacer nada frente al FCB.
Uno de los últimos grandes conciertos de la orquesta sinfónica de Josep Guardiola i Sala ha pasado. A partir de junio, la era de Pep finalizará y dará lugar a la de Vilanova, hombre de la casa y que conoce la intimidad de la plantilla. Hasta que eso ocurra, solamente se deberá disfrutar del esférico corriendo de una camiseta azulgrana hacia otra.