Se acercan las fechas Navideñas y llegan las luces de colores, las tiendas decoradas, las calles llenas de gente cargadas con paquetes y regalos; aunque este año con la crisis más bien son paquetitos.
Llegan los días de comer y beber sin parar, de hacer excesos, y de empachos, gastritis y de las sales de frutas.
Llegan las eternas sobremesas y reuniones con familiares y amigos que solo vemos muy de vez en cuando. Llegan los días de dejar la Visa temblando, y temblando nosotros pensando en el mes siguiente cuando lleguen las facturas.
Llegan los días de las risas y los nervios de los niños esperando lo que les traerá el Papá Noel o los Reyes Magos o ambos a la vez.
Pero también llegan los días para muchas personas de los agobios, del desear que pasen pronto, de las depresiones, de la tristeza, si en ese momento falta un ser querido.
Uno de cada cinco españoles sufre del llamado estrés navideño. En esta época el estrés puede alcanza niveles insospechados.La causas que más estrés provocan en estas fiestas son :
- La compra de los regalos en el último momento.
- No saber que regalar, o verse " forzados" a regalar por compromiso.
- La preocupación que conllevan los gastos extras.
- Ir de compras, dar mil vueltas y no encontrar lo que se busca.
- Tomar decisiones de dónde y cómo se van a celebrar las fiestas.
- El estrés de las preparaciones; tanto de menús, como vestido, peluqueria etc.
- Sentirse forzados a "estar felices" porque es Navidad y es casi una obligación quererse en esta época.
La forma de enfrentarse a estas situaciones es teniendo mucha tranquilidad y anticiparse a todo:
- Organízate. Hay que preparar la lista de las compras y de los alimentos que se vayan a preparar con tiempo. También hay que tener un presupuesto preparado y procurar no salirse de él.
Hay que comprar los regalos poco a poco y fijarse una fecha tope. No dejarlo todo para el último minuto. - En estas fechas se reúnen las familias que a veces tienen conflictos. Evita hacer comentarios que puedan causar molestias y arruinar la fiestas. Recuerda que la manera de pensar y las costumbres no se cambian porque llegue la Navidad.
- Ten expectativas realistas, no pretendas que todo vaya a quedar perfecto y que todo el mundo se vaya a portar a las mil maravillas.
- Evita quedar exhausto. Establece prioridades y piensa bien el tiempo que tienes disponible tú y tu familia.
- Planifica un tiempo para estar con tu pareja o para estar a solas.
En fin, paciencia y a disfrutar.
Ana Hidalgo