Revista Salud y Bienestar

El estudio del desarrollo del ojo sirve para investigar enfermedades epiteliales

Por Fat
Un investigador del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo colabora con científicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León y ha explicado su último trabajo en Salamanca.
Juan Ramón Martínez Morales, científico del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo de Sevilla, ha visitado hoy el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), con sede en Salamanca, para explicar a investigadores y estudiantes su trabajo acerca de las etapas más tempranas del desarrollo del ojo en los animales vertebrados. Curiosamente, los resultados de esta línea de investigación no tienen que ver con enfermedades oftalmológicas, sino con patologías relacionadas con el epitelio, las células que forman el tejido que reviste la superficie, las cavidades y los conductos del organismo.
El experto trabaja con dos tipos de peces teleósteos: el pez cebra (Danio rerio), muy conocido y ampliamente utilizado por los científicos como modelo en investigaciones diversas, y el pez medaka (Oryzia latipes), modelo alternativo que tiene las mismas ventajas experimentales, según el investigador. Los científicos del Incyl también trabajan con teleósteos y, precisamente, en este campo colaboran los dos centros, ya que “tenemos un interés común en torno al mantenimiento y preparación de las líneas de peces”, declara Juan Ramón Martínez. Además, el Incyl “nos ayuda con experimentos de microscopía electrónica”.
Con esta técnica y estos modelos, el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo trata de entender cómo se forma el ojo, en concreto, “qué procesos a nivel molecular y celular dirigen la morfogénesis de un ojo en sus estadios más tempranos”, comenta. “Esto lo hacemos por el interés que tiene el órgano en sí mismo, pero también porque es un modelo de morfogénesis epitelial y la mayoría de los órganos que componen el organismo adulto o son epiteliales o tienen un origen epitelial”, agrega. Esta “doble característica” hace que el modelo de estudio sea interesante desde el punto de vista teórico y también aplicado a problemas de biomedicina muy generales, que van desde la cicatrización de heridas hasta la migración de células en tumores, es decir, la metástasis.
Como el modelo es el estudio de momentos del desarrollo del ojo muy tempranos, no se deriva de esta investigación ninguna consecuencia acerca de problemas oculares. “Los defectos que observamos al interferir con los genes que regulan el desarrollo temprano son muy graves y causan anoftalmia, ausencia de ojo, así que sólo son modelo para los casos más graves, porque la mayoría de las patologías oculares son neurodegenerativas y ocurren en adulto o con modificaciones en la estructura del ojo que ocurren más tarde en el desarrollo”, apunta. Aunque parezca paradójico, “nuestro modelo usa el ojo para entender el comportamiento de las células epiteliales y eso tiene aplicaciones a un montón de enfermedades, pero curiosamente no a las oftalmológicas”.
Recientemente, el grupo de investigación de Juan Ramón Martínez ha publicado un artículo científico acerca del gen ojoplano, que resulta “interesante”, porque está relacionado con la esquizofrenia y el labio leporino, dos enfermedades hereditarias que tienen que ver con el desarrollo de estructuras epiteliales. “Este gen que participa en el desarrollo del ojo nos sirve como modelo para entender las bases moleculares de estas enfermedades hereditarias”, ha comentado.
**Incyl

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