Revista Arte

El etnocidio gallego

Por Peterpank @castguer

El etnocidio gallego

Los  seres humanos del universo agrario galego sabían hacer de todo y poseían una “intelixencia sofisticada”.  Renacentistas da man e da palabra: personalidades universales, completas e integrales. En cambio los textos oficiales, los representan como subhumanos, simples seres bestiales.

La política oficial de sacarlos de sus tierras trasladándolos a las ciudades gallegas produjo una brusca elevación del porcentaje de suicidios, del consumo de ansiolíticos, del número de alcohólicos, dolencias psíquicas graves, a consecuencia del “derrubamento das súas conviccións íntimas”, producto lógico  del paso de una cultura superior a otra muy inferior y vilificante.

El 25% de las mujeres gallegas de origen rural que marcharon a la urbe padecieron trastornos mentales graves a causa de ello, cuando el mendaz feminismo presenta tal cambio como una “liberación” de un supuesto machismo inherente al universo agrario, tesis sostenida sin pruebas ni pudor contra los numerosos testimonios que lo niegan por aquél; una forma renovada del más refinado machismo, espíritu reaccionario y animadversión de facto contra las mujeres de las clases populares, que dañó e incluso destruyó las vida de decenas de miles de ellas sólo en Galicia.

Se pasó “do prestigio da retranca á distinción das finuras castelanizantes”. Se descendió desde la familia extensa a la nuclear, con el consiguiente declive de lo convivencial, desde un conocimiento integrado a las cualificaciones especializadas : a la trituración del sujeto en el acto atroz del trabajo asalariado, imponiéndose también el desprecio por los ancianos, el consumo desaforado y el individualismo, la anomia, la insociabilidad y la desvertebración social.

Los fines oficiales no eran otros que lograr el individualismo y la acumulación de placer inmediato, lo que excluía el colectivismo, la vida asociativa en todas sus formas. En el mundo rural popular gallego el campesinado era, en su gran mayoría, propietario de las tierras en la forma de apropiación individual, y hasta la aplicación de la Ley de Desamortización Civil de 1855 (activa hasta 1924), de propiedad colectiva.

El etnocidio gallego

Fueron los funcionarios del Estado español, lo que a través de los privilegios que les proporcionaba su condición de tales, en particular la institución del caciquismo, fenómeno español, urbano y funcionarial, pero no rural, van a ir haciéndose con una cierta parte de la tierra en Galicia, así como otros medios de producción, en las sucesivas desamortizaciones y también como consecuencia de la quiebra de una parte del campesinado, incapaz de hacer frente a la dura explotación fiscal a que le sometía el Estado español. De ese modo, funcionarios y propietarios, esto es, burgueses agrarios, vinieron a ser la misma cosa.

El capitalismo actuó en Galicia de forma especial. Al ser la resistencia popular mayor, el poder constituido, político y económico, actuó de facto con una urgencia y ferocidad reduplicada.

Cuánto daño han hecho y hacen los “tecnócratas nativos”, tipo X.M. Beiras, quién junto a sus discípulos mantienen en Galicia una gavilla de ideas que no sólo son equivocadas sino que ya han sido superada y rechazada en todas partes. Hay que ir a Galicia para, con pasmo, escuchar loas de la obra escrita de Jordi Nadal, en especial de su atrabiliario y errado libro “El fracaso de la revolución industrial en España”, que ya ni su autor da por bueno, tras el aluvión de críticas recibidas. Y sólo en Galicia puede encontrarse gente entusiasta de J. Fontana, cuya historiografía de pacotilla, economicista, mecanicista, furiosamente hostil a lo rural y reduccionista, hecha a priori y con completa falta de rigor, un canto al desarrollismo e industrialismo copiado de lo hecho en la Unión Soviética en los tiempos de Stalin, es un fósil viviente, cuya contemplación produce al mismo tiempo estupor, escalofríos y repugnancia. Ese espíritu anacrónico, esa supervivencia de antiguallas reaccionarias, se explica por la persistencia del sistema de ideas que Beiras ha ido urdiendo desde los primeros años 70 del siglo pasado. Beiras, uno de los políticos profesionales más hábiles conocidos, capaz de travestirse de lo que sea con tal de estar en primera fila, ayer de ecologista y hoy de independentista, nada menos, él que ha sido y es intendente fidelísimo del Estado español en Galicia, antes denunciando el “atraso” en sintonía con los Planes de Desarrollo del franquismo y hoy desnaturalizando desde dentro la lucha por la liberación nacional. A muchos les pierde la voluntad de creer y adorar, sobre todo porque no tienen diferencias sustantivas con lo que Beiras propuso y propone, de manera que acabarán siendo su mano de obra, al servicio de lo que siempre ha representado y representa, el gran capital multinacional español y el Estado de España. Del resto de pandilleros políticos estatistas qué decir.

El etnocidio gallego

Otro asuntito, el proceso de Urbanización, que ha sido al mismo tiempo de destrucción de la nación gallega, en especial de su lengua, y también de su historia e idiosincrasia peculiares, sin olvidar el territorio y el paisaje.

En fin, inmensa y catastrófica ha sido la  liquidación del mundo rural popular tradicional en todos los territorios de España pero sobre todo en Galicia: brutal y barbárica, incivil y ecocida, atroz y genocida. El capitalismo y el Estado español, sobre todo este último, enemigo sempiterno de la ruralidad popular desde los siglos XIII-XIV, lograron aniquilar la sociedad agraria tradicional.

Pero no conseguirán hacer callar a quienes están convirtiendo ese hecho terrible en una fuente de permanentes críticas y acusaciones contra los dos agentes de esa monstruosidad, no por afán de venganza sino para con ello contribuir a que ambos sean un día destruidos y se pueda crear, como sustitución, un nuevo orden social que recoja los elementos esenciales de aquel universo rural, no libre de errores, algunos estructurales y bastante graves, pero rico en valores, relaciones y significados trascendentes, en primer lugar la convivencia hermanada, el respeto por los seres humanos, el colectivismo, el autogobierno por medio de asambleas, el repudio del dinero y la codicia, el desdén por los cachivaches tecnológicos, la ausencia de sexismos, el repudio de la ideología del placer y el consumo, el distanciamiento respecto a la categoría de propiedad particular, la solidez moral y la resistencia a la tiranía política y al ente estatal.

Haremos pagar muy caro a aquel dúo infernal lo que hizo, sin cejar hasta su aniquilación por medio de la revolución pues quien a hierro mata a hierro debe perecer. Una de las formas de comenzar a conseguirlo es deslegitimando el régimen vigente. Lo que se consigue no votando a los herederos de quienes comenzaron este etnocidio que piden el voto para continuar sus políticas prevendistas y destructivas. No introduciendo la mano voluntariamente donde se sabe que la serpiente espera para morder.

FRM


Volver a la Portada de Logo Paperblog