La ONU ha hecho público un informe en el que “insta” a comer insectos para acabar con el hambre en el mundo: el fin justificando a ultranza los medios y, a falta de pan, todos comiendo bichos. Muchos políticos deberían empezar a preocuparse. Aquí, el Gobierno del PP ya se alimenta de anfibios, concretamente de sapos, que traga uno tras otro sin rechistar, instado por el Eurogrupo, y digiere para finalmente expulsarlos en forma de declaraciones, esta vez de Rajoy saliendo del plasma, que rayan en el absurdo, como que “estoy muy satisfecho de cómo ha funcionado esta cosa”, siendo la cosa la reforma laboral. Mientras, el mismo día, el Eurogrupo instaba a España a seguir ahondando en las reformas, es decir, a comerse sus parados, al menos los menos jóvenes, que deben ser también proteínicos y de fácil, rápida y barata producción gracias a una reforma laboral nefasta de principio a fin. . Ha sido el cultivo elegido por muchos empresarios que la han escogido como la mejor de las soluciones a sus problemas de exceso de equipaje mientras continúan su cansino viaje low cost hacia un destino llamado nada.