3.- Carol (Todd Haynes)Es bien sabido que Haynes es un cineasta obsesionado con el glamour de una época que ya no existe y que en cierta forma, ha buscado —en su trabajo reciente—reproducir un estilo reminiscente de los women’s filmsde los 40 y 50 (Douglas Sirk, George Cukor, et al) filtrado a través de su propia sensibilidad y los temas que le interesan hoy día. Así, su último filme, Carol—basado en una novela de Patricia Highsmith, donde la sordidez es reemplazada por la tensión romántica —podría conformar una trilogía con Far from Heaven (2002) y la colosal miniserie Mildred Pierce (2011). Cate Blanchett y Rooney Mara son una pareja sólida y radiante de carisma (¡y esa ropa!) en una historia de “amor prohibido”que revela varias capas de la condición femenina en un lugar y tiempo específicos. El elenco funciona de maravilla e inclusive, en un personaje antipático, Kyle Chandler estámuy bien. Mezcla de nostalgia y avant-garde es un filme tan idiosincrásico como bellísimo.
4.- Ingrid Bergman in Her Own Words(Stig Björkman)En el centenario de la que fue, después de la Garbo y la Davis la estrella de cine más célebre de su tiempo, los hijos que tuvo —con el cirujano Petter Lindström y el cineasta Roberto Rossellini, incluyendo a Robertino (“el fruto del pecado”) y la absolutamente fabulosa Isabella —le rinden homenaje con una emotiva mirada a la mujer que existía detrás del mito: alegre, severa, inteligente, insegura, generosa, volátil: Alicia Vikander presta su voz y perfecta dicción para leer fragmentos de sus cartas personales y diarios, ilustrados estos pasajes con escenas de películas domésticas —muchas veces tomados por ella misma —que, sin prescindir de la ternura, también dejan el asomo a manera de vestigio prístino y contundente de su personalidad. Con apariciones de Sigourney Weaver (que, afortunada, debutóen teatro profesional bajo su tutela) y Liv Ullmann (de quien también fue amiga entrañable) este documental (que no busca el morbo como el más popular Amy), muestra los entresijos de una manera de cine que ya no existe, de un mundo que ya se fue, pero que en la presencia radiante de Santa Ingrid, de algún modo permanece.
5.- Inside Out (Pete Docter, Ronaldo Del Carmen)Posiblemente la mejor cinta de Pixar desde Wall-E: la brillante idea de mostrar el proceso emocional de una prepúber con personajes animados, sirve para narrar una historia entrañable y de engañosa sencillez; el mensaje no estápuesto con calzador, por el contrario, se trata con sutileza y compasión el paso de la infancia a la madurez, recordándonos que, si bien la alegría es lo que nos hace ser quienes somos, la tristeza es lo que nos hace crecer. Una verdadera joya, y no sólo para niños.
6.- Carmín Tropical(Rigoberto Pérezcano)Bella y discreta, con una extraña melancolía en su ser, Mabel (JoséPescina) es una joven muxe que regresa a Juchitán, a tratar de resolver la misteriosa muerte de su mejor amiga. Lo que parecería un thriller convencional, en manos de Pérezcano se vuelve algo sumamente original; un alucinante e inquietante viaje de los sentidos, por distintos recovecos de la oscuridad del alma. Escrita con maestría y con un ritmo que evoca a Hitchcock y Carpenter, Carmín Tropicales una de las cintas de género más sobrias y elegantes que se han realizado en México: sin caer en lugares comunes y con una mano firme, y todas las referencias correctas, Pérezcano se perfila como uno de los cineastas más logrados y brillantes de su generación.
7.- Darling (Mickey Keating)Una joven tímida, cortés y virginal a la que sólo conocemos como “Darling”, ataviada con un muy chic vestidito negro, se queda sola en un apartamento antiguo en el mejor barrio de Manhattan y comienza a tener una extraña experiencia. ¿Es esto un colapso mental? ¿Un remake de Repulsión? No. Se trata de una cinta de ultra-low-budgeten la que Keating, a quien nada de lo horripilante le es ajeno (véase sus filmes anteriores, Ritual y Pod), se interna en los bosques de Bergman (o bien, en los apartamentos de Polanski) de la mano de su valerosa actriz Lauren Ashley Carter —con un cameoextendido de lo que queda aún de Sean Young —y somete al espectador a una angustiosa, hipnótica y atmosférica sesión de horror inexplicable. Con una ambientación muy inspirada en los años 60 y filmada totalmente en glorioso blanco y negro, y nunca desmerece en su homenaje.
8.- High Rise (Ben Wheatley)A partir de una novela de J.G. Ballard, Wheatley —que desde Kill List se ha colocado como uno de los más destacados cineastas británicos, con una especialidad en temas “extraños”—explora una década de los 70 en un universo ligeramente diferente y a través de este prisma muestra la caída de un ser humano promedio, en este caso un médico taciturno (Tom Hiddleston), en las garras de una revolución —¿o seráde-evolución?—que se suscita al interior de un ultramoderno y supersofisticado rascacielos de apartamentos, que al ser autosustentable se convierte en un microcosmos donde la estructura de las clases sociales se colapsa y la anarquía se torna rampante. Brutal, sin cortapisas y con el estilo visual único que ha distinguido a Wheatley, esta ópera de horror y violencia no es apta para pusilánimes.
9.- Spotlight (Thomas McCarthy)El cine con consciencia social en Hollywood parecía haber caído en desuso —ya no están Lumet ni Pakula, por ejemplo—y estar relegado a las filas independientes hasta ahora que Thomas McCarthy (el mismo de Win/Win) lo aborda, sin ninguna de las trazas de la pretenciosidad y mamonería de David O. Russell, para contar la apasionante y tremenda historia del equipo de periodistas investigadores del Boston Globe que en 2001 descubren la conspiración de la arquidiócesis local para ocultar una serie de abusos sexuales de sacerdotes católicos contra menores. Encabezado por un estupendo Mark Ruffalo, el reparto es sólido y presenta una historia tan impactante como inmediata. McCarthy no hace concesiones al tema y va duro: el resultado es una cinta memorable, fuerte, sobria y sin superficialidades; a la manera de Todos los hombres del presidente. Ya no las hacían así, y este retorno en forma es muy bienvenido.
10.- Queen of Earth (Alex Ross Perry)Catherine (Elisabeth Moss) rompe con su galán y busca solaz y descanso en la casa campestre de su amiga Virginia (Katharine Waterston). Lo que parecería ser el encuentro de dos amigas, se revela como un estudio de la simbiosis, de la sutil manifestación de la locura y tal vez, incluso, de la incursión de la maldad de manera calculada en un territorio virgen, pero tremendamente fértil. Con ecos de Persona y El Bebéde Rosemarymuy presentes, aún si tiene una voz perfectamente clara e individual, el cineasta indie Perry se atreve a retorcer géneros y crear una cinta con personalidad múltiple, que provoca una reacción visceral, y muestra a dos espléndidas actrices dejarse llevar a un territorio incógnito, del que sus personajes no regresarán ilesos.