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El evento Carrington no fue único

Por Cosmonoticias @Cosmo_Noticias
El evento Carrington no fue único

Manchas solares del 27 de agosto (Heinrich Schwabe, recuadro izquierdo) y 1 de septiembre de 1959 (Richard Carrington, derecha).

El 1 de septiembre de 1859, la tormenta solar más fuerte registrada en la historia envolvió nuestro planeta. Fue el “evento Carrington”, nombrado así por el científico británico Richard Carrington, quien presenció cuando comenzó la llamarada. La tormenta sacudió el campo magnético de la Tierra, provocó auroras visibles en Cuba por el norte y en Santiago y Valparaíso (Chile) por el sur, incendió estaciones de telégrafo y se inscribió a sí misma como la mayor tormenta solar de la historia.

Pero, algunas veces, lo que lees en los libros de historia está equivocado.

“El evento Carrington no fue único”, dice Hisashi Hayakawa de la Universidad de Nagoya en Japón, cuyo estudio reciente de las tormentas solares ha descubierto otros eventos de intensidad comparable. “Aunque el evento Carrington ha sido considerado durante mucho tiempo una catástrofe única en un siglo, las observaciones históricas nos advierten que esto puede ser algo que ocurre mucho más frecuentemente”.

Para generaciones de meteorólogos espaciales que aprendieron en la universidad que el evento Carrington fue único en su tipo, estos son pensamientos inquietantes. La tecnología moderna es mucho más vulnerable a las tormentas solares que los telégrafos del siglo XIX. Piensa en el GPS, internet y las redes transcontinentales que pueden transportar las olas de tormentas geomagnéticas de costa a costa en cuestión de minutos. Un evento Carrington en la actualidad podría causar cortes de energía generalizados junto con interrupciones en la navegación, vuelos, banca y todas las formas de comunicación digital.

Muchos estudios previos de las supertormentas solares se basaron en gran medida en las mediciones del hemisferio occidental, omitiendo los datos del oriental. Esto sesgó las percepciones sobre el evento Carrington, resaltando su importancia y causando que se pasaran por alto otras supertormentas.

El evento Carrington no fue único

Dibujo de las auroras presenciadas en Japón en 1770. Crédito: Biblioteca Nacional de la Dieta.

Un buen ejemplo es la gran tormenta de mediados de septiembre de 1770, cuando auroras rojas extremadamente brillantes cubrieron Japón y parte de China. Hayakawa y sus equipo recientemente encontraron dibujos de la mancha solar, teniendo el doble de tamaño del grupo de manchas del evento Carrington. Diferentes registros encontrados especialmente en China, describen algunas de las auroras de menor latitud registradas, distribuidas en un periodo de nueve días.

“Concluimos que la tormenta magnética de 1770 fue comparable al evento Carrington, al menos en términos de visibilidad de las auroras”, escribieron Hayakawa y sus colaboradores en su estudio de 2017. Además, “la duración de la actividad de la tormenta fue mucho mayor de lo habitual”.

El equipo de Hayakawa también indagó la historia de otras tormentas, examinando agendas japonesas, registros de los gobiernos de chino y coreano, archivos del Observatorio Astronómico Central de Rusia y bitácoras de barcos; todo para ayudar a formar una imagen más completa de los eventos.

Descubrieron que las supertormentas de febrero de 1872 y mayo de 1921 también fueron comparables al evento Carrington, con amplitudes magnéticas similares y auroras extendidas. Otras dos tormentas le pisan los talones a la de Carrington: el apagón de Quebec del 13 de marzo de 1989 y la tormenta del 25 de septiembre de 1909.

El evento Carrington no fue único

Auroras reportadas durante el 1 y 2 de septiembre de 1859. En rojo se indican las observaciones encontradas en un estudio de 2020 y en azul las conocidas con anterioridad. Crédito: Jackson y colaboradores.

La contextualización del evento Carrington se ha convertido en un nicho muy activo en la investigación del clima espacial. Un equipo liderado por Jeff Love del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) confirmó recientemente la casi igualdad entre el evento Carrington y la supertormenta de mayo de 1921. Y el equipo de Hayakawa acaba de descubrir nuevos registros de auroras extremas en América del Sur.

¿Es hora de otro evento Carrington? Tal vez. De hecho, podemos habernos salvado de uno.

En julio de 2012, se detectó una tormenta solar extrema que pasó cerca de la Tierra. “Si nos hubiese golpeado, aún estaríamos recogiendo los pedazos”, indicó Daniel Baker de la Universidad de Colorado en un workshop de clima espacial dos años después. “Podría haber sido más fuerte que el propio evento Carrington”.

Hay que rescribir los libros.

Fuente: Spaceweather.com


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