Seguro que muchos de vosotros habéis oído hablar de la dieta Dukan. Milagrosa para muchos y peligrosa para otros, el caso es que es una de las dietas más famosas desde hace años por su sencillez y rápidos resultados. Pero, ¿de qué se trata realmente la dieta Dukan? ¿De qué deriva su éxito? Descùbrelo en Chic n’ Fit!
Dejando al margen argumentos de defensores y detractores, la base de la Dukan no es otra que una alimentación disociada, separando los alimentos con carbohidratos de las proteínas y los lácteos desnatados tal y como explican en éste artículo y durante sus cuatro fases (de ataque, de crucero, de consolidación y de estabilización) los carbohidratos se eliminan de la dieta.
Así, las personas que optan por seguir esta dieta tienen que adaptar su alimentación a las recetas Dukan en las que, básicamente, se comen proteínas durante las dos primeras fases y, en menor cantidad, en las de consolidación y estabilización.
Es decir, la dieta Dukan se trata de recetas basadas en carnes, pescados y verduras fácilmente adaptables a nuestra alimentación cotidiana. Por ejemplo, eliminando la patata, los arroces o pastas como guarniciones o acompañamientos y sustituyéndolos por verduras hervidas o cocinadas a la parrilla.
El éxito de esta dieta está precisamente en que se trata de recetas de cocina fáciles de preparar con alimentos cotidianos y usuales (a excepción quizás del salvado de avena del que es fundamental comer dos cucharadas diarias si se hace la Dukan) como carnes a la parrilla, pescados a la plancha, verduras hervidas o en puré, ensaladas de todo tipo, encurtidos o entremeses…
En cualquier listado genérico de recetas que veamos podemos comprobar que cualquier receta puede modificarse y adaptarse a la dieta Dukan. Aunque se trate de un plato cuya base sea la pasta, ésta puede ser sustituida por verduras poco acuosas como calabacín, calabaza o similares y aliñarla o aderezarla como lo haríamos con la pasta.
La base es tener en cuenta que, durante el perìodo en el que se siga este régimen y otros similares que se centran en la separación de alimentos, los hidratos de carbono están prohibidos. Podemos comer casi de todo menos harinas, pastas, arroces, patatas…recordando que esto sucede siempre durante un perìodo de tiempo limitado incorporando los carbohidratos a la dieta paulatinamente hasta volver a una alimentaciòn donde estén presentes todos los grupos de alimentos.
Mucha plancha, mucha paciencia y, por supuesto, seguir siempre las indicaciones de un profesional nutricionista, son las claves que debemos seguir para realizar una dieta disociada.
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