La timidez de la corona o el desacoplamiento de la copa es un misterioso fenómeno natural en el que las coronas de algunas especies arbóreas no se tocan entre sí, sino que están separadas por una brecha claramente visible desde el suelo. El efecto ocurre generalmente entre los árboles de la misma especie, pero también se ha observado entre los árboles de diversas especies.
El fenómeno de timidez de la corona fue documentado por primera vez en la literatura científica durante la década de 1920, pero los investigadores no han podido llegar a un consenso sobre sus causas. Hay muchas teorías que circulan en los círculos científicos, la mayoría de las cuales tienen sentido, pero nadie ha sido capaz de probar sin la sombra de una duda por qué algunos árboles evitan el contacto entre sí. Pero tal vez sea este misterio, junto con su sorprendente apariencia, lo que hace que la timidez de la corona sea un fenómeno tan fascinante.
En su libro de 1955 "Hábitos de crecimiento de los eucaliptos", el forestal australiano M.R. Jacobs escribe que las puntas de crecimiento de los árboles son sensibles a la abrasión, lo que da lugar a las brechas de dosel conocidas como timidez de la corona. En 1986, esta teoría también fue apoyada por el Dr. Miguel Franco, quien notó que las ramas de Picea sitchensis (picea de Sitka) y Larix kaempferi sufrieron daño físico durante la abrasión, que mató a las ramas principales. Algunos experimentos han demostrado que si los árboles que muestran la timidez de la corona se evitan artificialmente de moverse en el viento y chocar entre sí, gradualmente llenan los huecos entre ellos.
Pero mientras que la teoría antedicha es la más extensa discutible, no es ciertamente la única. Algunos científicos han sugerido que la timidez de la corona es un mecanismo para detener la propagación de los insectos que comen hojas. Se sabe que estas plagas trabajan juntas y crean estructuras que se extienden hasta 10 cm de distancia de las ramas de los árboles, para llegar a otras plantas, por lo que las lagunas son el mecanismo de defensa natural del árbol.
Amusing Planet cita a un estudioso de Malasia que estudió los árboles de Dryobalanops aromatica, pero no encontró rastros de abrasiones, a pesar de su timidez clara de la corona. En cambio, sugiere que las puntas de crecimiento de los árboles eran sensibles a los niveles de luz y dejaron de crecer cuando se acercaron demasiado a otros árboles. La ciencia también apoya esta teoría, ya que las plantas son capaces de percibir lo cerca que están de otras plantas mediante la detección de una frecuencia específica de luz llamada luz roja lejana. Esto les permite competir con sus vecinos por la luz necesaria para seguir creciendo.
En un video que publiqué al final de este artículo, un guía explica que según "la mejor explicación científica hasta el momento" las hojas del árbol de alcanfor de Borneo liberan etanol para impedir que otros árboles crezcan muy cerca.
La respuesta podría ser sólo una de las anteriores, o una combinación de más. Una cosa es segura, las plantas son más inteligentes de lo que la gente les da crédito.Odditycentral