Si pudiéramos de alguna manera transportarnos a esa época lejana, ¿qué veríamos? "Muy poco", dice Adams. "El universo sería muy, muy oscuro, muy difuso." Todo lo que quedaría sería una sopa "de partículas", y tal vez otras cosas que no conocemos".
No hay mucho que pueda suceder en este ambiente enrarecido, explica Adams. Ocasionalmente, un electrón con un positrón se unen para formar un átomo de 'positronio', pero incluso estos antiátomos de desintegrarán finalmente. Los electrones y positrones pueden también aniquilarse directamente entre sí. "A excepción de estos acontecimientos la aniquilación sería de bajo nivel", dice Adams, "el universo tendría muy baja energía, sería un mar de oscuridad."
En la imagen el cercano cúmulo de galaxias de Virgo situado a unos 60 años-luz. En el futuro remoto incluso este grupo de galaxias se esconderan por detrás del horizonte observacional y ya nunca podremos observarlas
Tal vez T.S. Eliot estaba cerca de describir esto, "The Hollow Men": "Esta es la forma en que termina el mundo | No con una explosión sino con un gemido".
Es difícil pensar en algo más deprimente que esta lento desclive hacia la oscuridad eterna. Pero ahí va: debido al empuje implacable de la energía oscura, el cielo nocturno en el futuro remoto será mucho menos rico que lo que vemos hoy, y los astrónomos de la época (si existieran y si pudieran existir) no tendrían la menor idea de la cosmos grande y complejo que un día existió.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, y nuestra vecina más cercana, la galaxia de Andrómeda, estarían unidas por la gravedad, salpicadas por galaxias enanas, que conforman el llamado Grupo Local. Los miles de millones de otras galaxias más allá del Grupo Local que no están unidas gravitacionalmente a nosotros, serían víctimas de la expansión del universo, impulsada por la energía oscura, hasta que finalmente serían empujadas fuera de nuestra vista. Los objetos más lejanos serán los primeros en desaparecer "ocultos detrás de un horizonte cosmológico", como dice Adams. Las galaxias más cercanas las seguirían, escapando de nuestra vista de una en una.
Dentro de unos 100.000 millones de años, hasta el cúmulo de Virgo (el cúmulo de galaxias más cercano allá del Grupo Local) habrá desaparecido en el horizonte cósmico. Estaremos entonces completamente aislados del resto del universo: más allá de un puñado de galaxias que componen nuestro Grupo Local, nuestros telescopios sólo verán oscuridad. Todos los demás grupos habrían sufrido la misma suerte, cada uno de ellos estaría igualmente aislado de sus vecinos. Los telescopios de los astrónomos que existieran en otras partes tampoco podrían ver nada.
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Continuará...