Revista Arte

El fotolibro como destino para tus fotos

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

En las épocas donde la fotografía solo podía ser concebida como una imagen impresa en una hoja de papel, un libro de fotos consistía básicamente en la reproducción de una recopilación de ellas.

fotolibro como destino para fotosHoy en día, donde la gran mayoría de las imágenes solo cobran vida a través de los píxeles de una pantalla, el fotolibro puede ser el destino donde finalmente recuperen su materialidad.

Hace unos días, mientras un colega miraba mi libro de fotografías recientemente publicado, notó que hacía referencia a las obras en papel, debidamente montadas y enmarcadas como " originales". De esta forma, el libro solo se limita a contener una reproducción de las series "Biografía" y "Filialidad".

Y realmente así fue concebido. Pero ese cometario me abrió los ojos a una nueva realidad. Un libro podría ser considerado como la obra original, y no una mera reproducción (sí, es obvio y seguramente todos lo sabían ya, pero yo soy muy duro y acabo de caer en ello).

Siendo honestos, yo encaro mis proyectos con el objetivo de poder mostrarlos en una exposición. Como alguien me ha dicho alguna vez que las muestras son efímeras, que lo que perduran son los libros, es que surgió la idea de publicarlos además en este otro formato.

Pero es cierto que en estos tiempos consumimos las imágenes principalmente desde las pantallas de nuestros teléfonos móviles, tabletas o computadoras, y son muy pocas las fotos que terminan siendo impresas en papel. Entonces un libro se convierte en una excelente forma de darle materialidad un proyecto.

Más aún considerando que el acceso a un salón de exposiciones no es sencillo. Si bien ya hace tiempo que se exponen obras en salas menos tradicionales, como las paredes de restaurantes y bares u otros espacios públicos, no hay muchas convocatorias abiertas a artistas en general, por lo que, sin ser un fotógrafo de renombre, o sin un buen contacto, intentar colgar las obras en muchos de estos espacios se puede volver una tarea verdaderamente desalentadora.

La misma situación podría repetirse con la publicación de un libro, ya que el acceso a un sello editorial tradicional tampoco es cosa fácil. Pero internet y las tecnologías digitales propiciaron una suerte de democratización en este sentido. Por un lado, hay tecnologías de impresión que permiten la edición de libros de buena calidad y tirada de poca cantidad de ejemplares, a costos razonables. Por otra parte, hay varias empresas editoriales dedicadas a la publicación y distribución de libros a través de sus sitios web.

Y, por supuesto, también está la posibilidad de realizar una publicación totalmente independiente, donde el propio autor debe hacerse cargo de la edición, maquetado, impresión, difusión y logística. En este sentido, las redes sociales juegan un papel fundamental.

Todo esto hace que hoy, en un mundo dominado por la inmaterialidad de la virtualidad digital, donde reinan las imágenes compuestas de píxeles, no sea extraño crear una obra fotográfica concebida desde sus orígenes, no para ser exhibida en las paredes de una sala, sino para acabar en forma de libro impreso.

El papel de la fotografía analógica en la era digital (II)

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