Hay una verdad oculta, incómoda, que nadie se atreve a desvelar. Las faltas ortográficas en los mensajes de WhatsApp. Auch. Faltas que hacen palidecer a los dijistes de antaño o a los imperativos en forma de infinitivo. Una, que tiene el morrito muy fino.
Ya nadie llama. Todo tiene que ser rápido o no ser. Y las faltas de ortografía nos retratan. Como un fotomatón cultural, del alma. Porque las faltas de ortografía no solo revelan desinterés, también el arte desaprovechado, que no se ha asimilado, procesado, leído. Y ahí están, en los grupos de WhatsApp como un pedo. Todos los notan, nadie dice nada al respecto. Pero el tufo virtual, denso, envuelve al apestado digital. Sin que se le pongan las manos rojas.
También el modo de ligar ha cambiado. Que alguien escriba “Haber si nos vemos” tiene un efecto sobre su libido similar a la falta de piezas dentales en la vida real. Por eso, cada vez que conoce a una persona de amplio vocabulario le entran ganas de abrazarla.
- Entelequia, #palabrasolvidadas
Se calcula que tan solo empleamos 2.000 de las 94.000 palabras que tiene el castellano. Apenas el 2%. Por eso, en esta semana tan lingüística en la que conmemoramos el día del profesor, de los periodistas y, hoy viernes, el de los publicitarios, recuperar palabras en desuso le parece una iniciativa maravillosa.
La idea ha sido de una agencia que hay creado la tiendadepalabrasolvidadas.com. Una e-shop en la que una puede comprar palabras como entelequia, cuchipanda, adefesio, dandi, amalgama, batiburrillo, cachivache, córcholis… Ella se queda con entelequia, que según el Diccionario de la Real Academia de la lengua viene a ser: 1. f. Cosa irreal. 2. f. Fil. En la filosofía de Aristótoles, fin u objetivo de una actividad completa y la perfecciona.
¿El precio? Compartirlas en las redes sociales. Y por qué no, en la vida.