Revista Sociedad

El Fracaso del Milenio

Por Antoniopampliega

Los hombres más importantes del planeta se han reunido en la sede de Naciones Unidas en Nueva York para hablar sobre la evolución de los Objetivos del Milenio- es decir, para nada. Hace diez años, un total de 189 jefes de estado se comprometieron a reducir a la mitad la pobreza antes de 2015. A cinco años vista para que se cumpla el plazo el panorama no tiene buena pinta.

Las guerras, las catástrofes naturales, la sequía, la crisis económica están siendo desoladores para los más desfavorecidos- como siempre. Mucho de los avances que se habían conseguido en esta década se han tenido que ralentizar, en el mejor de los casos, y otros directamente se han desechado. Pues con este panorama, los grandes gerifaltes y ‘peces gordos’ se han reunido en Nueva York en la mal llamada Cumbre de Revisión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Digo mal llamada porque el despilfarro de cientos de millones de euros que se han invertido en reunir a estos ‘líderes’ se podrían haber destinado a erradicar el hambre en África, a ayudar a los millones de paquistaníes a los que las inundaciones les dejó sin nada o a los cientos de miles de haitianos que viven en la miseria más absoluta cuando está a punto de cumplirse un año del terremoto que asoló el país.

Imagínense el percal. Doscientos tipos- con sus séquitos- alojados en los hoteles más lujosos de la ciudad de los rascacielos durante tres días. Comiendo en los restaurantes de postín y comprando en las grandes tiendas de la gran manzana invierten unos minutillos de su tiempo en hablar sobre ¿pobreza? ¿Qué sabrán ellos? La mayoría no ha visto a una persona morir de hambre. Muchos no se han manchado esos zapatos de 1.000 euros con barro mientras visitaban un poblado en Haití… Pues esos mismos son los que quieren ayudar a medio mundo a salir de la pobreza. Cuanto menos es irónico, ¿no?

La Coordinadora ONGD-España acudió a la reunión "con la esperanza de que la comunidad internacional asuma su responsabilidad y suscriba un plan viable para avanzar en la lucha contra la extrema pobreza mundial que, por primera vez en la historia, afecta a alrededor de mil millones de seres humanos". ¿Resultados? Los de siempre. Buenas palabras… pero palabras huecas. Nadie pondrá un duro por los que se mueren de hambre… ¿Y la ONU? A lo suyo, es decir que sigue sin tener mucho peso entre la Comunidad Internacional.

En la reunión de Nueva York se iban a poner sobre la mesa los siguiente puntos:

  1. Aumentar la coherencia de todas las políticas internacionales para combatir la pobreza (no quitar, por ejemplo, mediante acuerdos comerciales lo que se otorga desde políticas de desarrollo).
  2. Conseguir más y mejor ayuda para el desarrollo (cumplir los porcentajes de RNB establecidos y buscar recursos adicionales, eliminando la condicionalidad de la ayuda y fomentando la participación en los procesos de la sociedad civil de norte y sur).
  3. Transversalizar el enfoque de género, fomentando la igualdad entre hombres y mujeres e incorporar los derechos humanos como eje de todas las políticas de desarrollo.

Faltan sólo cinco años para cumplir los ocho objetivos que se marcaron contra la pobreza y el hambre… Pero la situación sigue igual. Las promesas se las ha llevado el viento. Una cosa es lo que se promete en la sede de Naciones Unida y otra muy distinta lo que los países están dispuestos a comprometerse realmente. Uno de los datos más curiosos que he escuchado estos días es el siguiente. “Sólo con el 1% de lo aportado en 2008 para salvar el sistema financiero se podría erradicar el hambre en el mundo”… ¡Sólo con el 1%! ¿Saben a quién prefieren dar ese 1%? A los grandes bancos; a las empresas; a los directivos que hundieron sus empresas por la ambición de amasar ingentes cantidades de dinero…

En el mundo más de 1.000 millones de personas viven- por llamarlo de algún modo- bajo el umbral de la pobreza. Pero esas personas necesitan un dinero que no tiene visos de llegar nunca. Y es que los países que forman el G-8 se comprometieron a destinar 20.000 millones de dólares para financiar la ayuda al desarrollo. Ese dinero nunca ha salido de las arcas de esos ocho países. Por eso Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, ha insistido en ayudar a los más vulnerables. “Sentemos los cimientos de un mundo más próspero. No se pueden equilibrar los presupuestos dando la espalda a los pobres”, ha afirmado.

La cumbre… sólo ha dejado palabras bonitas. Pero el mismo número de pobres.


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