Revista Opinión

El fracaso histórico de Francia

Publicado el 08 julio 2013 por Vigilis @vigilis
Durante buena parte de la historia medieval y moderna europea, uno de cada cuatro europeos era francés. Sin embargo hoy, si tenemos 500 millones de europeos, no tenemos 125 millones de franceses sino la mitad. Esto es lo que los expertos han llamado «el fracaso histórico de Francia».
La comparación histórica demográfica de los cinco grandes países europeos ofrece un balance desigual. Por un lado tenemos países muy jóvenes y atolondrados como Alemania, otros que se han dedicado a poblar el continente americano como España y otros que, pese a no haber sido nunca relevantes, en los últimos doscientos años gracias a la tecnología, la esclavitud y el comercio han logrado destacar, como es el caso británico. Luego está Italia, que es un país peculiar sumido en una larga y alegre decadencia que parece no importarles demasiado.
El fracaso histórico de Francia
A inicios de nuestra era, la península Itálica era el lugar más poblado de Europa occidental. Sólo la ciudad de Roma, llegó a tener más de un millón de habitantes. Por poner las cosas en perspectiva, se asume que las Islas Británicas tenían poco más de dos millones de habitantes y que la península Ibérica andaba por los 4 millones. Tras la extraña caída de Roma y hacia la época carolingia, Francia pasó a ser el territorio más poblado de Europa y del podio no se apearía hasta prácticamente el siglo XX.
El estudio demográfico tradicional nos dice que un país antiguo o miserable tiene altas tasas de mortalidad y natalidad, incrementando muy poco su población hasta que comienza a mejorar sus condiciones de vida, momento en el que comienza a descender la mortalidad manteniendo todavía alta la natalidad. Este es el boom poblacional que precede a la bajada de la natalidad, por lo tanto, un país cruza su adolescencia demográfica y entra en madurez con tasas bajas tanto de mortalidad como de natalidad.

El fracaso histórico de Francia

Filloa en francés se dice crepe o cgep. Creo.

Durante el siglo XIX, los países europeos vieron bajar considerablemente su mortalidad manteniendo a su vez alta la natalidad, cosa que propició un considerable aumento de población. Francia fue la excepción. Los franceses dejaron de tener hijos mucho antes que otros países europeos, por lo que su población apenas varió a lo largo del siglo XIX.
Los 20 millones de habitantes con los que Francia sale de la Guerra de los Cien Años, sólo serían alcanzados por Italia y Alemania hacia 1800, por Reino Unido en la década de 1860, y por España en 1920. Europa siempre estuvo llena de franceses, cosa que choca con su irrelevancia histórica a la hora de emprender grandes proyectos de expansión colonial e incluso a la hora de defenderse de sus enemigos. Hacia 1500, un país de 5 millones de habitantes como España, podía poner en muy serios apuros a uno de 20 millones como Francia. Hacia 1850, los alemanes se empiezan a inventar su nación política después de pasarse los últimos mil años divididos en cientos de mini-reinos frecuentemente enfrentados por guerras dinásticas y de religión. En cosa de un par de décadas, el nuevo Imperio Alemán puede entrar en París sin mucha oposición, humillando al país más poblado de Europa y que menos varió sus fronteras en los 14 siglos precedentes. Por su parte, el Reino Unido, que históricamente y pese a lo que nos cuente Hollywood siempre fue un país de tercera fila, es el que con más ganas se apunta a la Revolución Industrial y en cuestión de pocas décadas puede dejar de ver como una amenaza a su tradicional enemigo francés.
El fracaso histórico de Francia

En honor a la verdad hay que decir que Francia intenta en el siglo XIX establecer un imperio colonial. Lamentablemente para ellos, elegirán los dos peores destinos que un europeo de la época se pueda imaginar: el desierto del Sahara y la Cochinchina. Estas colonias no le servían a Francia para aumentar su emigración (y consecuentemente su tasa de natalidad). Durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, millones de británicos, italianos, españoles y alemanes emigran a América. Sin embargo Francia no vive un fenómeno de emigración masiva. No, la razón no es que Francia fuera un país rico, la razón es que no había suficiente cantidad de gente como para emigrar por presión demográfica.
Si la población francesa hubiera crecido al mismo ritmo que la británica durante los últimos 200 años, hoy Francia tendría 150 millones de habitantes. Si extendemos la comparación a los últimos 300 años, hoy Francia tendría más de 300 millones de habitantes. En 2013, Francia tiene 66 millones de habitantes. Hay más de doscientos millones de franceses que nunca han nacido. Éste es el fracaso histórico de Francia.

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