El futuro de España y el proyecto de Europa.

Este proyecto se gestó en los tiempos del Plan Marshall; poco tiempo después, en el Congreso de la Haya en mayo de 1948, en su resolución número siete, se dice:
"La creación de una Europa Unida ha de verse como paso esencial hacia la creación de un mundo unido".

En aquel tiempo los vencedores en la segunda guerra mun-dial quisieron asegurarse el dominio sobre la zona, y en espe-cial pretendieron que estos territorios en el futuro dejaran de constituir una amenaza.
Las instituciones que crearon sobre las  cenizas de la guerra, así como el régimen geo-político supeditado a la OTAN y al vasallaje con EEUU y sus bases militares, hacían en verdad muy difícil el sueño de la libertad(1). Aquí el nuevo régimen nacido, tenía en su ADN la semilla del miedo, del odio a la voluntad popular, esa que, por algún motivo, había elevado a Hitler al poder político. Un régimen tutelado por un país vencedor en guerra nacerá castrado, o con un potencial seve-ramente recortado precisamente para evitar la amenaza que, con el coste de una guerra, se acaba de eliminar.

Este proyecto, en los términos en que la tecnocracia lo quiere desarrollar, sólo es útil para la propia tecnoestructura: todos esos que cobran sueldos de vértigo haciendo que hacen y mo-viendo la Unión a velocidad de caracol, mientras enormes bolsas de dinero negro aprovechan las numerosas barreras del sistema para evadirse a paraísos fiscales (2) y una canti-dad cada vez mayor de europeos está siendo empujada a la pobreza:

626 diputados, 3300 funcionarios, 30 salas de reunión, 2.600 despachos, mil millones de euros de presupuesto...Las mejores ideas terminan en la basura mientras los europarla-mentarios dormitan...

Mira, Almunia, chico listo del PSOE:

Para los pueblos de los países de la unión tu rollo es un mal rollo: no vemos las ventajas por ningún lado. Supongo que tus amiguitos de club social, Barroso y compañía están en--cantados de la vida, porque esta milonga de Europa os está enriqueciendo.... Lo empezamos a ver ahora. Si en cada uno de nuestros países los dirigentes electos han defraudado a sus propios conciudadanos, ¿por qué vamos a esperar que unos tecnócratas de nivel europeo sean mejor que los dirigentes locales? Si el propio te ha robado, ¿cabe esperar mejor trato del ajeno? Creo que no.

Esta pamema de Europa es una de las liebres que los ilusio-nistas de la política te sacan de vez en cuando para que les compres su tramposa mercancía: o sea: la nada. No tienen nada que ofrecer, realmente, por eso se agarran a la nación, a la bandera, a la religión o a una idea atractiva: la unión de Europa. Venden humo, como buenos ilusionistas. Se trata de trincar y llevárselo crudo mientras se azuzan las esperanzas de la gente y se hacen promesas. Termina la función, los la-drones acaban en la cárcel (ya se les indultará en el futuro...) o disfrazados de gentilhombres, en el mejor de los casos. Y vendrán otros ilusionistas reemplazando a éstos.

Hagamos un somero balance de 37  años de "democracia":

-6 millones de parados.

-creación de una hipertrófica tecnoestructura cuyo coste insostenible a medio y largo plazo y escasa eficacia como prestadora de servicios (por cierto, algunos de los cuales, como la Sanidad, encima los quieren desmantelar) la convierten en innecesaria, derrochadora y obstructiva de desarrollo económico y social; digámoslo de una vez: la única razón de ser del mantenimiento de todo este derroche es la red clientelar de los partidos, que se ocupa de colocar a sus barones por los diferentes territorios, cargos todos ellos que pasarían a engrosar las filas del desempleo desde el momento mismo en que se hiciera una reforma radical de la administración.

-empobrecimiento económico, cultural e intelectual con una creciente emigración de jóvenes y no tan jóvenes en busca de las oportunidades que aquí se les niega sistemáticamente. Fuga de cerebros.

-una clase dirigente bochornosa, mediocre e indigna que ha sumido al país en la bancarrota.

Estamos atascados. También ocurre lo suyo en Francia (2), Italia y Alemania. Aquí nadie puede ir de felipito. Nuestro cáncer se llama burocracia, organismo huésped, sobre el que el virus de la corrupción ha hecho metástasis.

Lo mejor que puede hacer este país, si espera  tener futuro es:

Uno: suspender la legalidad vigente por algún medio extraordinario, previsto en la ley o no.

Dos: nombrar una junta de gobierno provisional que articule y ejecute un plan de salvación nacional.

Serían prioridades de este plan:

-el derecho a la vivienda.

-el salario social para desempleados de larga duración.
-el reparto del empleo existente; medidas favorecedoras del autoempleo y del emprendimiento.
-impago inmediato de toda deuda del gobierno con bancos extranjeros.
-configuración provisional del nuevo organigrama.
-posible nacionalización de empresas estratégicas.

Tres: convocatoria de referéndum nacional sometiendo a la ciudadanía cuestiones básicas como:

-Pago/o no de la deuda soberana.

-Abandono de la moneda única. Regreso a la peseta.
-Nueva constitución (incluyendo la supresión del senado, corona,  partidos políticos,  sindicatos,  organizaciones empresariales y el llamado estado de las autonomías, entre otras muchas posibles reformas.
-Pertenencia o no a la U.E. así como a la OTAN y otros organismos internacionales.

Cuatro: quedarían sin efecto los pactos de gobiernos anteriores que vengan en detrimento de los intereses generales, como el pacto fiscal u otros, así como el pago de la deuda soberana.

(1)Mando europeo de los EEUU

(2)Affaire Clearstream. Revela el caso Clearstream y los buitres lo atacan
Continuará...