Magazine
El otro día, requemado por el sol de la playa, y en plena vorágine de mesas de plástico, calor, camareros estresados y turistas tan poco exigentes y aburridos como yo me vino como una luz, aún más deslumbrante que el calor que la canícula agostí del mediterráneo traía para quemar mi cristalino, una epifanía, una manifestación: Este es el futuro.Efectivamente dándole vueltas lo vi claro: es el futuro.Un futuro atestado de personas pidiendo lo básico pero atendido de manera pésima. En un local vendido como de calidad pero a poco que rasques, no lo hagáis si no quereis ver aflorar la roña apenas disimulada, se ve que no es así. Y en la barra, lejana, lejanísima, en la sombra, en el aire acondicionado, en el proscenio de una cocina semoviente y con atisbos de higiene discutible se ven a los jefes chinos sonriendo. Nosotros: los clientes (/ciudadanos /votantes /consumidores /socios /accionistas /pagadores / parados / jubilados / enfermos) sufriendo el calor, las desdichas de nuestra necesidad sin discusión en la avalancha de peticiones con otros que sufren el calor, están requemados, llevan esperando como nosotros o más y están cansados de tener a otros que sean como ellos compitiendo. Nuestros derechos dejan de ser de españoles, europeos, occidentales, avanzados para convertirse en los derechos de los ciudadanos chinos: nada.Ellos, los jefes chinos, por decir una nueva clase de jefes que no tienen miramiento ni remordimientos ningunos por vendernos productos de mala calidad, presentados de mala forma y además, con la sonrisa en los labios, pensando: "Me importa poco lo que pienses y menos lo que puedas hacer". Son los jefes herederos de la crisis, los mesías que nos salvan de la catástrofe regalándonos un paraíso que es hermano pequeño de la crisis que otros jefes, estos más autóctonos, nos originaron pero, también, con la sensación de hacernos el favor de darnos de comer.Camareros insuficientes, jóvenes, poco preparados, respondones y olvidadizos, pero no cabe duda que eternamente productivos, de esa productividad de derechos escasos, sueldos bajos y precariedad laboral que la crisis nos deja como envenenado legado.Propietarios, emprendedores, amos, empresarios poco concienciados con lo que venden y con lo que es: La paella, el excelente y fantástico plato ya sea de la huerta, de la caza, del mar o la huerta que es algo más que arroz hervido de mala gana y servido con peor interés. Solo buscando el negocio, el dinero, y si las cosas vienen mal dadas pidiendo más por lo mismo o menos. No pasa nada: sonreiremos: aloz, aloz, aloz.Y nosotros, los clientes, los que "siempre tenemos la razón": Esperando que nos mal sirvan, nos bien cobren, tardando eras geológicas, ora no colocando los cubiertos, ora reclamando el pan o el agua, siempre el pan y el agua o simplemente castigándonos con el ostracismo de no ser nadie para que en ningún momento y con el simple arroz pasado y las gambas arroceras congeladas nos percatemos de manera integral.Porque a estas horas, la comida, en estas necesidades, las perentorias, en esta sociedad, la que pisamos, es imposible ya levantarse y decir basta, por mucho que diga el movimiento #15m, que por cierto nada ha dicho de las paellas en Chiringuito China, Nos tragamos lo que nos dan, quizás quejándonos algo, además se atreven a llamarlo paella. Y no pasa nada. Nos quejamos poco, pagamos la gruesa e injustificada factura, nos juramentamos de no volver pero...mañana hay que comer y seguirá haciendo calor, gente, sillas de plástico, camareros estresados y chinos sonrientes lejos, muy lejos como siempre está el dinero de las necesidades de la gente.Crisis, personas y futuro. Metáforas inútiles: ya está aquí. Recuerdos del día de mañana.PD: La metáfora de los jefes y los ciudadanos chinos no tiene nada en contra de los chinos que trabajan y producen sino de un modelo de escasez de derechos y de respuesta que parece que será el que se imponga.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.