Revista Sociedad

El galimatías de la III Guerra Mundial

Publicado el 06 octubre 2015 por Salva Colecha @salcofa

Los seres humanos necesitamos calificar las cosas en listitas para poder aclararnos y desde siempre lo hemos hecho con banderitas de esas que se pinchan sobre la cosa a determinar, “buenos” y “malos” pero hay veces que no es tan fácil.

Nos hemos enterado de que EEUU (o la OTAN, su marca blanca) se ha llevado por delante un hospital de MSF en Afganistán causando más de veinte muertos y una multitud de heridos. La Ong, como es normal ha

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denunciado los hechos por su carácter “posiblemente criminal” para que se abra investigación lo más imparcial que se pueda por parte de Naciones Unidas, aunque la presidencia temporal española del Consejo de Seguridad parece que “no lo tiene en su agenda” y esperará a que en el Pentágono le digan lo que tiene que descubrir y lo que no. El problema es que los agresores han sido “los buenos” que se excusan diciendo  “Ahhh! Es que habían talibanes allí dentro  porque lo habían dicho los afganos”, como si eso fuese motivo suficiente para saltarse a la torera todos los convenios y la decencia liándose a bombardear un hospital. Ya verás como, una vez más, esto va al rincón del olvido. ¿Verdad que si esta salvajada la hubiese cometido cualquier república de medio pelo hablaríamos de darles collejas? Pero como esta vez han sido los chicos del Premio Nobel de la Paz (cada vez que lo recuerdo me sube la tensión. Mi médico me lo acabará prohibiendo) todo terminará en nada, los muertos olvidados y a otra cosa mariposa. Acordaros de José Couso .

El caso es que tenemos el planeta hecho un cirio, plagado de conflictos olvidados por medio orbe que parecen

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montados para que se forren los fabricantes de armas y otros matarifes por el estilo (malpensado que es uno). Esto es un galimatías, ya ni siquiera sabemos quienes son “los nuestros”, si es que hay algunos. Aunque a menudo los personajes se repiten como los actores de las películas alemanas “sesteables” de la sobremesa, en las que, entre cabezadita y cabezadita, podrías ligar la primera y la segunda. ¡Son los mismos!.

Parece que estemos inmersos en una III Guerra Mundial por fascículos, como los coleccionables esos que empiezan en septiembre y que nunca nadie acaba. Igualito, guerras por todas partes que arrancan por cualquier chorrada, como la Guerra de la tajada de sandía o la de Los pasteles (las más tontas que me vienen a la cabeza) pero que nadie se preocupa de terminar porque ya no interesan o porque todavía queda carroña que rascar. Y la ONU, una vez más, no parece servir para remediar tanto sufrimiento humano inocente.

El caso es que esto es un lío. Al final ni sabemos en que bando nos han metido. Estamos en manos de

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ilusionistas que juegan con las palabras para que sean válidas según les interese en cada momento. A saber: No hace tanto Gaddafi era un amigote que venía con jaima y todo a Marbella . Bin Laden, antes de ser una piedra en el zapato, era un héroe libertador que luchaba contra los rusos en Afganistán, codo a codo con Rambo . Saddam era un santo cuando luchaba contra el Irán de Jomeini y el Ayatolah de turno pero después cayó en desgracia con aquello de las armas de destrucción masiva (o mejor, de destrucción MÁS I.V.A. ). O Hafez Al Assad (padre), que era era un tirano sin escrúpulos pero que al fallecer, allá por el 2000, incluso se envió una representación española a los funerales y Aznar lo calificó como “un buen amigo de España”. Lo dicho, demencial.

Pues, sepamos que esta temporada se lleva el que Al Assad (hijo), el coco hace unos meses, parece que es

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de los nuestros porque lucha contra el ISIS que, si te paras a pensar, es resultado lógico de lo que armamos cuando a la primavera árabe. Pero no se que deciros porque eso de “juntarse” con nuestros aliados los rusos no está bien visto. ¡Menudo lio!. Que ocurrencias, ya ves tú. Juntarse con los mismos con los que mantenemos una “guerra nada fría” comercial o a petardazos en Ucrania donde continúan los tiros aunque no nos acordamos.

Esto parece un juego de palabras propio de un esquizofrénico que sólo se podría explicar si existiesen ganas de jugar a las guerrecitas y sacar provecho del asunto sin importar los muertos o la catástrofe. Señores mandamases, ya sabemos que no nos van a contar que sacan del dolor de los inocentes. Pero un poco de cordura, aclárense. Ya nos hemos perdido y no sabemos a quién quieren que tomemos manía!


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