Camisetas verdes por la educación, rojas por la marea de parados, negras por los mineros y, ahora, naranjas por los dependientes. Yo no sé si nuestra alma poética nos lleva a confeccionar un arcoíris o si somos tan estúpidos que nos sectorizamos para pedir lo mismo: justicia. Hoy las calles y plazas de España se llenarán de indignados, pero cada uno lo hará defendiendo lo suyo. Los sindicatos irán al frente y el gran batallón estará formado por los funcionarios, porque el peso de la mayoría siempre se impone. ¿Serán más los funcionarios de este país que los dependientes, pensionistas y parados juntos? ¿Cuáles serán las reivindicaciones más exigidas hoy, desde los púlpitos sindicalistas? Porque ya podemos decir claramente que nos gobiernan asesinos. Con los nuevos recortes a los parados, a partir de Agosto habrá 2 millones de familias en este país sin que ninguno de sus miembros perciba ingresos ni ayudas. Los recortes a la ley de la dependencia y el atraso de dos años para estudiar cada caso, abocará inevitablemente en la muerte de ancianos y enfermos crónicos de gravedad. Los pensionistas con pensiones más bajas se verán obligados a prescindir de medicamentos o de comer carne o de su perro, su compañero, porque ya no podrán alimentarlo. La miseria se enquistará en las familias y la razón perderá la lucidez de comprensión ante las dificultades, aflorará la violencia en las familias debido a la desesperación y las tragedias florecerán como las semillas en primavera. ¡Ya es hora de perder el miedo y atreverse a decir la verdad! Nuestro presidente y sus ministros son asesinos cobardes y crueles que sólo se atreven a humillar a los débiles, a los que no se pueden defender. A los poderosos no se atreven ni a mirarlos, al contrario, les financian en parte sus residencias privadas. Y encima pretenden que les veamos como los grandes salvadores de la nación. ¡Es que tiene huevos la cosa! Pero… ¿se hablará hoy de los débiles desde los púlpitos?
Mientras tanto la iglesia, esa que se dice defensora de los justos y caritativa con los pobres, únicamente ha alzado la voz, a través de monseñor Rouco Varela, para quejarse de la apertura de horarios total para el comercio, ya que, según él, eso afectaría a la convivencia del núcleo familiar. Pero de los asesinatos en masa prediseñados por este gobierno ni Papa. Luego se acercarán por las casas de los familiares a darle la extremaunción a los moribundos, ¡serán hipócritas! Y se marcharán tan panchos, no sin antes pasar el cepillo. Esta misma iglesia que pidió a sus feligreses el voto para el PP, ahora ni se inmuta ante la evidencia genocida. Claro, los crímenes no te manchan cuando vives en palacio, pensarán. Pero señor Rouco, digo yo que cuando Jesús pronuncio la frase “No matarás”, también querría decir “Y evita que otros lo hagan”. ¿No le parece?
Esto ya no es sólo una estafa, esto es el inicio del diseño de un genocidio. Las clases inferiores, muchos sumidos en la ignorancia y sin especialización laboral productiva, sobramos claramente, si desean seguir manteniendo su privilegiado estado de bienestar. Y ya han comenzado a aniquilarnos. Han comenzado por los más débiles, pero no tenga usted ni la más mínima duda de que también le llegará su turno. Ellos siempre quieren más y más, lo quieren todo. ¿No cree usted que ya va siendo hora de que salgamos a la calle todos juntos y con la misma camiseta, la que defiende al ser humano en general, solidariamente, en su digna existencia? ¿No cree también que es hora de que todos nos aliemos para denunciar el genocidio en los tribunales internacionales, incluso en el de La Haya, si fuera necesario? Sólo en suicidios provocados por la crisis llevamos miles de muertos en lo que va de año y ahora tendremos que sumar los producidos por hambre y abandono. ¿Cuántos tendremos que morir en este país para que la unidad de todos frente a estos asesinos sea posible?.
Cenizas Doradas