El Gobierno entrega a sindicatos un borrador para poder despedir a funcionarios

Imagen: landa-larrazabal.blogspot.com

Hoy toca volver a ser polémicos o más bien, trasladar polémicos rumores a aquellos más desinformados para que sepan lo que se está cociendo, aunque ya el caldo lleve preparado mucho tiempo. Les hablo del anuncio hecho por  el director general de Función Pública de la Xunta de Galicia, José María Barreiro, a los sindicatos; haciéndoles saber que el Gobierno estatal prepara ya un Real Decreto para regular el despido colectivo de personal laboral fijo en las administraciones públicas de todo el Estado. Real Decreto cuyo borrador ya manejan desde hoy los sindicatos.

La noticia, extraída del diario Faro de Vigo, incide en el comentario de Barreiro a los sindicatos CIG, UGT y CCOO donde éste les explicó que el Gobierno tiene intención de facilitar el despido de aquellos trabajadores que tienen una relación laboral indefinida con la administración por lo que han elaborado una norma que facilite tales despidos. Algo que además se podría hacer extensivo a los funcionarios de carrera.

Y cómo es lógico, la noticia ha corrido como la pólvora por los cauces habituales que no son otros que internet y las redes sociales donde el desacuerdo y el descontento generalizado vuelve a hacer acto de presencia una vez más entre todos los ciudadanos del país, sean personal de la administración pública o no.

Con esta nueva medida está claro que el Gobierno de nuestro país desea adelgazar la sobredimensionada plantilla de la Administración Pública. Personal, todo sea dicho, que aunque le cuesta millones de euros a las arcas estatales, ha sido colocado en esos puestos de trabajo precisamente por los gobernantes que por arrastrar uno o dos votos electorales han conseguido que en España haya más trabajadores en el sector público que puestos de trabajo.

Pero como el culpable siempre es el colocado, enchufado o titular de esa plaza en la administración pública que le fue otorgada porque al político de turno le convenía por uno u otro motivo, ahora es el que se quedará sin trabajo mientras que aquellos que estamparon la firma en su contrato, lo harán también en la notificación de su despido. Lo que demuestra una vez más que siempre pagan justos, por pecadores.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…