“Con prácticas no remuneradas para los mejores alumnos”, puntualiza Fátima Báñez
El Gobierno de Mariano Rajoy sigue devanándose los sesos para paliar la pandemia de paro que asola el país. “No en vano”, ha asegurado el presidente durante un desayuno con los periodistas, “el empleo es nuestra decimocuarta prioridad, solo por detrás de la religión católica, la desintegración de España, el déficit, los bancos, José Mourinho, los niños catalanes, los niños andaluces que no tienen dónde sentarse, la privatización de la sanidad, el islote de Perejil, la moral de los militares que no atienden a provocaciones, el vino de Aznar, la Botella de Aznar y Aznar en sí mismo”. Luego Rajoy se ha levantado y se ha ido sin pagar.
Acto seguido ha comparecido la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que venía de rezar a la Virgen del Rocío para que “nos eche una mano, prima”, y ha anunciado la medida estrella que baraja el gobierno para el año en curso: Eliminar el subsidio de desempleo y cambiarlo por un curso intensivo de alemán. “Las políticas activas de empleo se han mostrado más eficaces en otras crisis económicas”, ha asegurado la ministra. “Estamos seguros de que así contribuimos más a no fomentar la cultura del subsidio y sí la del esfuerzo”.
Para que no haya dudas, la ministra también ha apuntado que los cursos serán totalmente gratuitos y que los mejores alumnos podrán realizar prácticas no remuneradas en empresas del país germano. “A quienes suspendan los mandaremos a limpiar el monte”, ha añadido Báñez, en un claro guiño a Soraya Sáenz de Santamaría, que pasaba por ahí para coger un croissant (otro).
El único borrón en el proyecto, aún no ultimado, lo ha puesto el ministro de Educación, José Ignacio Wert, quien ha lamentado que “antes de aprender alemán, los parados catalanes y andaluces tendrán que aprender español. Digo yo”.
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