El ministro José Ignacio Wert ha confesado que para él es una prioridad defender el respeto a la propiedad intelectual y ha dicho que "Nadie respeta la cultura de un país que lidera las descargas ilegales". Sin embargo, el ministro debe tener en cuenta que la España que él gobierna desde el equipo de Rajoy es también uno de los líderes mundiales en otros capítulos, entre ellos el desempleo y el deterioro de una democracia demasiado falta de garantías para el ciudadano y en manos de partidos demasiado poderosos y faltos de controles y contrapesos.
Wert es el más atípico y teóricamente libre de todo el gobierno de Rajoy, quizás porque no funcionaba dentro de la férrea disciplina de los partidos, donde las libertades individuales son muy escasas. Él conoce la libertad porque ha vivido de ella, como sociólogo y como analista, en su vida profesional, pero ahora, como miembro del gobierno de Rajoy, tiene que enfrentarse a una regulación de los derechos de autor, que es necesaria, pero que no debe limitar las grandes libertades de Internet, unas libertades tan amplias y democráticas que dan miedo a cualquier gobierno, incluído el suyo.
El anterior gobierno socialista, conciente de que la ley Sinde iba a generar oposición e indignación en la red y en la sociedad, dejó la patata caliente al gobierno del PP, que ahora tiene que realizar la compleja maniobra de precisión relojera de reprimir las descargas sin dañar la libertad en la red, todo un desafío, casi un milagro para cualquier gobernante.
José Ignacio Wert está sintiendo ya en sus costados las pasiones y las presiones que se mueven en torno a este asunto: la resistencia de los internautas, que hablarán del retorno de los censores del franquismo, las presiones de los artistas y de la SGAE, que quieren recaudar y reprimir, aunque saben que las descargas ilegales nunca podrán eliminarse, y las del gobierno al que pertenece, que, como todo poder político, tiene pánico a la libertad de los ciudadanos que se manifiesta y desarrolla en Internet con una plenitud nunca antes conocida en la Historia.
A Wert le queda por delante una tarea de filigrana, de precisión relojera, sumamente difícil, casi imposible de culminar sis resistencias ni rechazos.
El planteamiento de la Ley Sinde si es censura pura porque crea una oficina represora que primero da el tijeretazo y después entra en escena el Juez, que lo rsatifica o no. Ese sistema es brutal y poco democrático porque intervine desde el poder, sin el necesario control judicial, sin respetar la presunción de inocencia, sin tener en cuenta las circunstancias.
Al PP le correspondería, dadas sus raices teóricas liberales, idear un sistema de defensa de la propiedad intelectual, necesario, que sea menos intervencionista y potencialmente arbitrario que el ideado por el socialismo, más totalitario, tambien en teoría, pero muchos sospechamos que tanto los socialistas como los populares sienten el mismo terror a la libertad de los ciudadanos, común, por desgracia, a todo poder político existente.
El expolio de los creadores es intolerable, pero no lo es menos la represión de la libertad en un medio como Internet, que pasará a la Historia, con toda seguridad, como una de las mayores conquistas del ser humano en su camino hacia la libertad y el autogobierno.
Las palabras pronunciadas por el ministro al respecto son muy duras y contundentes: "El papel potenciador de la cultura tiene una piedra esencial en el derecho a la propiedad intelectual. Muy pronto tendremos novedades al respecto. Pero sin entrar en concreciones, déjenme que les diga con toda claridad que ninguno de los objetivos que nos hemos planteado es compatible con la existencia de agujeros legales que permitan la desprotección de la propiedad intelectual y el expolio de los creadores".
"Como queremos ir muy lejos, y que exista viabilidad en la creación cultural vamos a actuar con decisión contra quienes se lucran indebidamente del trabajo intelectual o creativo de otros. Les puedo asegurar que lo vamos a hacer y nada ni nadie nos va a arredrar".
Ojalá que consiga su objetivo, pero no a costa de las libertades en la red y sin la previa supervisión del Poder Judicial.
Revista Opinión
El gran desafio de José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deportes
Publicado el 04 enero 2012 por FrankySus últimos artículos
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