“Aquellos que exaltan tanto la incorruptibilidad e inalterabilidad etc., creo que se ven obligados a hacerlo por el deseo que tienen de vivir mucho y el terror a la Muerte; y sin considerar que si fuésemos inmortales no nos correspondería venir al mundo. Merecen encontrarse una cabeza de Medusa, que los transforme en estatuas de ópalo o de diamante, para alcanzar la perfección que no tienen”
(Galileo Galilei)