Revista Viajes

El gran Gran Cañón del Colorado

Por Diborja

El gran Gran Cañón del Colorado

¡Welcome to the Grand Canyon!

Hace calor, mucho calor. Acabo de despertar en Las Vegas. La moqueta me intenta atrapar mientras esquivo las máquinas tragaperras. Me espera un shuttle que nos va a acercar a Buolder City, de donde despegan las avionetas que nos van a llevar al Gran Cañón. ¿Qué por qué voy en avioneta? Pues porque me daba pereza volar, igualmente luego cogeré el helicóptero. Ayer, aunque no lo supiera mi amo, salí de fiesta por el Strip y ahora tengo mi particular resacón de murciélago.

El gran Gran Cañón del Colorado

La represa Hoover desde la avionetilla

Me subí a esa elegante a la par que inquietante avioneta de 10 metros y de  apenas 14 tripulantes. De camino, la presa Hoover, o según la audioguía hispana "la represa" Hoover, debe ser que la repitieron. Esta no será la última vez en el viaje que me acompañe un audioguía hispano, eso sí, en este cambié al Inglés. Por cierto, ¡17 turbinas que arrojan hasta más de 2000 megawatios! Esto como cuando pides un menú Big Mac y el pequeño es gigante, pues igual, pides una central hidroeléctrica y no había más pequeño.
Aterrizamos en el campo base del turisteo del Cañón. Primero nos preguntan por nuestro peso, yo aunque he engordado sigo en torno a los 23 decigramos así que me puedo subir al helicóptero con mis seres humanos. Un descenso interesante, el suelo se abre bajo las patas del helicóptero para mostrar el Gran Cañón en todo su esplendor. Una vez en el interior del Cañón decido investigar mientras mi pareja de seres bípedos continúan con la excursión en balsa. Resultó que me pinché con un cactus, con la poca vegetación que hay ya es mala suerte. La vista no puede ser más espectacular.

El gran Gran Cañón del Colorado

Pincha. Ay

El río Colorado (parecía rojo) ha estado erosionando durante millones de años su gran obra, y todavía sigue. Un río bastante creativo y original, el Da Vinci de los ríos. Fue descubierto por Francisco de Ulloa en expedición por la Costa Oeste bajo patrocinio del extremeño Hernán Cortés.
Finalmente, me queda la visita a Eagle Point, sagrado para los Hualapai, Son los indios que explotan turísticamente, o son explotados por las compañías que explotan el turismo en el Gran Cañón. La cuestión es explotar porque la comida no la hacen muy rica que digamos, aunque tengan la salsa de las Bacon Cheese Fries. Las vistas son espectaculares y merece la pena el paseo para contemplar la magnitud del Cañón en todo su esplendor y en 360º desde el punto más alto de Eagle P.

El gran Gran Cañón del Colorado

Esta no es la vista desde Eagle, pero la panorámica bien merecía la foto

Impresionante la combinación de tonos rojizos y marrones esquina tras esquina, risco tras risco. Tener el Cañón a tus pies es posible, no hay mucha seguridad, lo que facilita a los más intrépidos turistas a sacarse las fotos más peligrosas. Como yo, lo que pasa es que yo puedo volar y no tengo vértigo.

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Quién dijo miedo

Son las cuatro de la tarde ¡Me vuelvo a Las Vegas y me toca vestir la camisa de player! Let's do it!

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