Revista Cine

‘El gran hotel Budapest’ , haciendo las paces con Wes Anderson

Publicado el 20 marzo 2014 por Maresssss @cineyear
in opinamos, películas / by Miguel L. B. / on March 20, 2014 at 3:06 pm /

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Este viernes 21 de marzo tenemos de nuevo la oportunidad de deleitarnos con Wes Anderson, director con un sello personal y reconocible que esta vez nos trae ‘El gran hotel Budapest‘ una particular comedia de enredos (inspirada en trabajos del escritor Stefan Zweig) en plena explosión de La Segunda Guerra Mundial. Y digo deleitarnos porque aunque seas de los que piensa que dentro de su estética hay poca profundidad es casi imposible no caer rendido ante esas imágenes tan perfectas como imposibles.

Europa de entreguerras. ‘El gran Hotel Budapest‘ se encuentra en la cúspide de su popularidad, y esto es en parte al gran trabajo de su entregado conserje Gustave H. (interpretado por Ralph Fiennes) . Debido al excelente trato que da una de sus huéspedes decide incluirle en su testamento. En el momento de la muerte de ésta comienza una trama de enredos  acompañado de Zero Moustafa (Tony Revolori), nuevo mozo del hotel al que Gustave convierte en su protegido, para resguardar un importante cuadro renacentista que la familia de la difunta quiere preservar.

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Sí, efectivamente, de nuevo en esta película estarán todos los elementos que han hecho que Wes Anderson tenga esa legión de admiradores ( y también de detractores). Otra vez tenemos esos planos cenitales, esa simetría minuciosa, esa pastelosa (en el sentido pictórico de la palabra) tonalidad, el uso del denostado zoom, decorados teatrales que parecen sacados de un cuadro de L.S. Lowrai (entran unas ganas terribles de poder saltar a la pantalla y poder pasear por ahí como hacían en ‘Mary Poppins‘ con esas pinturas en el suelo) y esa música de cámara siempre presente. Pero no solamente se repite en aspectos formales, de nuevo mediante personajes de amable excentricidad nos quiere contar la enésima historia ascenso y caída, la crónica de los perdedores repetida una y otra vez en su obra (y de nuevo estructurada en diferentes capítulos a modo de libro). Y como no esa pasarela de pintorescos individuos están encarnada por sus actores fetiches (Bill Murray, Willem Dafoe, Harvey Keitel, Edward Norton, Owen Wilson, Jason Schwartzman) a los que se suma el acierto de Ralph Fiennes, Tony Revolori, Saoirse Ronan, Jude Law, Tilda Swinton y Jeff Goldblum. Otra vez casting acertado y otra vez esa sensación de que los actores han disfrutado rodando la película.

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Sin ser uno de mis directores fetiche la obra de Wes siempre ha estado muy presente en conversaciones con amigos. Gracias a un genial amigo descubrí a la  familia Tenenbaum. También recuerdo como mi novia de entonces discutía con él sobre lo tramposo que era al usar ciertas canciones pop (por cierto, en este gran Hotel Budapest no suena ninguna). Una noche otro amigo me decía que no le gustaba el cine de este director porque le parecía demasiado perfecto, a lo que otro añadía “que lo deje de una vez y se meta a decorador de interiores”. Y la verdad que con los pasos de los años he sido de los que han ido pensando que su cine es cada vez más vacuo en favor de unas impecables formas (la manida frase de “para eso que haga videoclips”). Pero con ‘El gran hotel Budapest‘ he sentido la necesidad de reconciliarme con el bueno de Wes. Por momentos sentí la empatía y ternura que sentí al ver por primera vez ‘Rushmore‘ (sigue siendo mi película favorita suya), al contrario que me sucedió con ‘Moonrise Kingdom‘, que por momentos parecía un producto vacío en favor del apetito voraz de un esteta insaciable.

Sin duda es la película más abiertamente cómica del director, y contrasta con el contexto bélico en la que se encuentra. Durante las divertidas aventuras del conserje con su protegido se va forjando una relación creíble de aprendizaje mutuo, por no hablar de la relación de amor de Zero con Agatha, aunque con chicas tan maravillosas como Saoirse Ronan todo es más fácil y perfecto. Por supuesto sigue habiendo momentos cómicos que me irritan, y mucho. Entiendo que se escuchen risas con muchos de los enredos de la cinta, pero sigo sin entender porque el simple plano del rostro de Edward Norton o Bill Murray mirando a cámara sin ninguna intención provoque risas en la sala. A veces creo que es un humor moderno al que aún no estoy preparado. En definitiva, que con esta película si rascas si encuentras algo. Parece ser que cuando Wes Anderson se inspira en el trabajo de otro a la hora de elaborar un guión es cuando más sustancia se puede extraer de sus películas, al igual que ocurrió con ‘Fantastic Mr. Fox‘ (relato de Roald Dahl) y su mensaje de lucha de clases. Además el film cuenta con un ritmo envidiable que hace que no solamente no decaiga el interés y el entretenimiento, sino que va a más.

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Con ‘El gran hotel Budapest‘  Wes Anderson nos regala una singular comedía coral en una época convulsa, que irradia una sensación de escapismo y donde parece que la política es lo de menos. Una historia que nos recuerda que a veces queremos educar a los que nosotros los occidentales consideramos salvajes cuando casi siempre somos nosotros los más bárbaros.


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