Uno supone que cuando un argentino escribe sobre fútbol en estos días que corren hablará sobre la eterna final de Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, que finalmente se jugará en Madrid, pero este artículo no lo hará. Porque los argentinos, sin la posibilidad de ver el partido el sábado y conmocionados por lo ocurrido en las inmediaciones del estadio Monumental, encontraron un refugio. Un refugio que, si bien está a miles de kilómetros, es cálido y permite disfrutar del fútbol entre tanta discusión de escritorios y discusiones jurídicas.
Para ir a ese refugio muchos argentinos se preocupan por saber qué ocurre en Culiacán, capital del estado de Sinaloa, México. Allí hay un equipo, los Dorados de Sinaloa, que tienen en el banco de suplentes a un director técnico un tanto especial: Diego Armando Maradona, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Para muchos es Maradona, para otros es Diego (como si fuese un familiar, un amigo o un conocido) y para algunos es Diego Armando Maradona.
Lo cierto es que el ex futbolista tiene muchísimas facetas, muchísimos problemas en su vida privada y pública, pero una gran cantidad de argentinos lo siguen queriendo por los logros deportivos que obtuvo tanto en la Selección Argentina como en el Club Atlético Boca Juniors.
Maradona es un personaje querido, amado y odiado. Su vida privada y las denuncias que tiene en su contra por distintos motivos no son un impedimento para quienes lo admiran: los argentinos lo siguen a donde va, celebran su cumpleaños y le escriben mensajes en las redes sociales como si él tuviera tiempo para leerlos todos. El amor de los maradoneanos por Maradona es algo difícil de entender para alguien que no está acostumbrado a amar a una persona con la que no tiene ningún tipo de vínculo.
Uno puede tener ídolos en la infancia, en la adolescencia o en la adultez. Esos ídolos suelen ser deportistas, artistas o, en ciertos casos, dirigentes políticos. Cuando alguien tiene un ídolo suele ignorar muchas cuestiones que pueden llegar a desacreditar el endiosamiento que se hace de esa figura. Alguien puede perder a un ídolo porque dio declaraciones inoportunas o fue violento con alguien, pero lo que ocurre con Diego Maradona no es una situación de idolatría ordinaria.
El 6 de septiembre se anunció la llegada de Maradona a los Dorados de Sinaloa. Diego ocuparía el cargo de director técnico y lo acompañaría Luis Islas, quien es su ayudante desde mediados de 2017 cuando dirigían a Al Fujairah de la Segunda División del fútbol de los Emiratos Árabes Unidos. A pocos días de que se cumplan cuatro meses de Maradona en Sinaloa, el equipo tiene la oportunidad de ascender a la Liga MX.
El pasado jueves 29 de noviembre, día en el que se confirmó que la final de la Copa Libertadores de América se jugaría en el Santiago Bernabéu, los de Maradona consiguieron una victoria en la primera final de la Liguilla que determinará al campeón del Apertura 2018. Hoy se disputará la vuelta, y los maradoneanos sueñan con un empate o una victoria que les asegure la plaza en la final frente al campeón del próximo torneo, el Clausura, para ascender. ¿Fue fácil para El Pibe de Oro conseguir esta final? Por supuesto que no. Antes de la llegada del 10, Dorados registraba tres empates y tres derrotas en el Apertura. Con Maradona como director técnico tiene una marca de nueve victorias, un empate y dos derrotas. El equipo estaba en puestos de descenso y El Pelusa con su cuerpo técnico lo llevaron a una final para obtener el título del Apertura.
Los maradoneanos siguieron al equipo en esta breve campaña que lleva Diego al mando de los Dorados, sin importar la diferencia horaria (los partidos se juegan durante la medianoche de Argentina) ni la calidad de los mismos. Muchos se encuentran nerviosos, felices o preocupados según los resultados de un equipo mexicano de segunda categoría. Esto es lo que despierta Maradona, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos (para muchos, el mejor).
Maradona es la principal pasión del maradoneano promedio. Esta idolatría es transversal a todos los equipos de fútbol del argentina. A esta pasión se le suma Dorados, El Gran Pez, que es el equipo del cual son hinchas todos los maradoneanos.
ArgentinaDiego Armando MaradonaDorados de SinaloaFútbol latinoamericanoFútbol mexicanoMexico