Revista Viajes

El guardián de las Pirámides

Por Anaruiz @blogturismo1

El Antiguo Egipto representa una época histórica mítica y legendaria con las Pirámides, que aún hoy en día sigue dando pie a especulaciones y recreaciones de todo tipo. La cantidad y calidad de los monumentos que se pueden visitar en diversos puntos de Egipto han hecho de este país uno de los principales destinos turísticos a nivel mundial, pero los enigmas que han existido y aún perduran alrededor de algunos de estos monumentos, además de la atracción que suscita una de las civilizaciones más antiguas y grandiosas del planeta, convierten a Egipto y su cultura antigua en uno de los objetos de estudio más asombrosos.

Las tres pirámides de Gizeh son el monumento antiguo más visitado del planeta y la más grande de ella, la pirámide de Keops, llamada La Gran Pirámide, estaba considerada como una de las siete maravillas del mundo antiguo, siendo actualmente la única de estas maravillas que permanece en pie. Comparten la meseta con muchos otros monumentos, pirámides menores, templos y una monumental escultura que está considerada como uno de los símbolos del misterio y todo lo enigmático relacionado con el Antiguo Egipto, la Gran Esfinge.

La Esfinge encarna muchos misterios que aún son objeto de estudio, como su propio origen, sobre el que los egiptólogos no acaban de ponerse de acuerdo, aunque todos coinciden que en que fue erigida en el momento de mayor esplendor del Imperio Antiguo.

El guardián de las Pirámides

Las esfinges representaban la fuerza y la sabiduría de los faraones, eran figuras vigilantes, guardianes pétreos del reposo y las riquezas de las tumbas reales. La Gran Esfinge de Gizeh se considera parte del complejo funerario del faraón Kefrén, para cuyo enterramiento se construyó la segunda de las pirámides de Gizeh y que reinó hace más de 4.000 años.

Con cuerpo de león y cabeza y rostro humanos, la Esfinge es todo un icono de Egipto, una escultura monumental tallada en la roca y que constituye un hito debido a sus grandes dimensiones; mide casi 60 metros de largo, 6 de ancho y su altura alcanza los 20 metros. A pesar de su tamaño fue varias veces engullida por las arenas del desierto y varias veces desenterrada, la primera de ellas por Tutmosis I un milenio después de su construcción y la última en 1925, tras lo que se ha mantenido cuidada y despejada.

La Gran Esfinge de Gizeh mira al este, saluda al sol naciente cada mañana, y a pesar de su antigüedad sigue siendo el guardián de la meseta y de los monumentos que en ella se encuentran. Se cree que fue un centro de culto solar en la antigüedad y hoy se ha convertido en uno de los grandes centros de peregrinación y asombro de todos los interesados por la cultura y la historia del Antiguo Egipto.


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